domingo, 16 de abril de 2017

Casablanca...la ciudad de paso

Por Merche.

Casablanca (Dar el Baida) es una ciudad, por lo general, poco visitada por turistas que no suelen pasar allí más de un día, lo que la hace un lugar perfecto para comenzar una ruta por Marruecos llegando a su aeropuerto internacional.


El aeropuerto me recuerda mucho al de Khon Kaen en Tailandia, el edificio principal sin ostentación ni adornos llamativos, está rodeado de una zona llana y seca. Para llegar desde el aeropuerto al centro de la ciudad, la estación de tren Casa-Vogageur, es necesario comprar un billete en las taquillas o en las máquinas expendedoras que se encuentran a la entrada de las vías y coger el tren que te lleva al centro en unos 30 minutos por 46 dirhams. (Podemos calcular el cambio aproximado 10 dirhams = 1€).




Ya en el tren se observa que el paisaje marroquí es similar en muchas ocasiones al paisaje andaluz, quizás a las zonas más áridas, al fin y al cabo estamos bastante cerca.

Desde Casa-Vogageur se puede tomar un tranvía que recorre gran parte de la ciudad y para lo que es necesario comprar un billete (6 dirhams) en una máquina que solo admite monedas, por lo que interesa llevar cambio, de lo contrario quizás tengas que acudir a alguna alma caritativa para que te compre el billete, y aunque esta no fue mi intención, eso fue justo lo que ocurrió.

Yo llegué un domingo de abril por la tarde y me sorprendió gratamente  la gran cantidad de gente que había paseando y comprando en el mercadillo montado en las inmediaciones de Place de Nations Unies, que es la parada de tranvía más próxima al hotel que había reservado.

Para orientarse en la ciudad y llegar a dónde se quiera, conviene tener en cuenta que los nombres de algunas calles son parecidos y otros no coinciden con los de los planos de la ciudad, además algunas calles pueden tener incluso dos nombres.

Al llegar al hotel Atlas-Almohades intentaron convencernos para que pagásemos más por una suite, pero finalmente nos quedamos con la habitación que habíamos previamente reservado por 650 dirhams, que ya era bastante cara para ser Marruecos, aunque en la última planta (9), con zona de estar con sofás,  muy muy grande y con vistas a la Mezquita de Hassan II (a lo lejos) ¿quizás era la suite que nos querían vender a un precio más alto? Nunca lo sabremos...




Vistas desde la habitación del hotel.


En esta ciudad es muy agradable pasear, no te agobian los comerciantes intentando venderte cualquier cosa que seguro no necesitas y no tuve esa sensación de caza-al-turista que se da en otros lugares. Como viajero/a, aquí, se pasa mucho más desapercibido/a y eso siempre es de agradecer.

Visita obligada en Casablanca es la Mezquita de Hasan II, realmente impresionante. Al lado del mar y con una arquitectura que guarda la simetría y el buen gusto en cada uno de sus rincones. Esta opinión es muy personal pero desde mi punto de vista la Mezquita de Hassan II no tiene nada que envidiarle al Taj Mahal en India, ambos monumentos igual de majestuosos.





Para conocerla por dentro obligan a hacer la visita guiada en grupo, con precio reducido para estudiantes. Desde la Place de Nations Unies, se puede ir caminando a la Mezquita y así de paso visitar la medina y las calles de la ciudad, algunas son amplias avenidas con soportales para aliviar el calor.


Comer, tomar té o café en las cafeterías que rodean la Place des Nations Unies viendo la vida pasar no es un mal plan, pero hay que tener en cuenta que es el sitio top de la ciudad, por lo que el precio será bastante más elevado que en cualquier otro lugar (té 15 dirhams, tagine más agua 95 dirhams). En dos ocasiones distintas me cobraron más de lo que indicaban los precios de la carta, por despiste mío, pillería del camarero para cobrarse la propina por adelantado o simplemente porque los precios no incluían el IVA...vete tú a saber.

Cerca de la plaza, también hay tiendecitas que venden deliciosos pasteles marroquíes a muy buen precio, y como no tienen mesas para sentarse te los puedes tomar en un banco en la plaza. Una caja con 5 o 6 pastelitos, 10 dirhams.

Desayuno en el bar de Tarik.
El desayuno, que no estaba incluido en la habitación del hotel, me lo tomé en un barecito a unos 100 metros del hotel en la calle por la que se llega a la Place des Nations Unies. Allí, una señora hacía una tortas fritas en la puerta con un olor que abría el apetito, así que me decidí a entrar y probar una de esas tortas (parecidas a los rotis hidúes) a las que Tarik, que compartía nombre con el bar, le untó un poco de queso, acompañado con un buenísimo café con leche. Por 2 cafés, 2 tortas (msama) con queso y otra más pequeña con chocolate pagamos 30 dirhams.



Como en el centro de Casablanca abundan los restaurantes de comida rápida (panini de queso o atún con patatas fritas, showarma...), pedí recomendación a unas chicas darelbaidíes que salían del trabajo en la hora del almuerzo que me indicaron el restaurante Le Riad en el nº 45 de la Rue Mohamed El Qorri, perpendicular con el Boulevard Mohammed V cerca de la Société Général, con comida marroquí en un ambiente típico de tetería granadina (sillones con cojines, etc.) Un cous-cous de verdura, un zumo de limón menta y jengibre, y un plato de salsa variadas para untar en delicioso pan marroquí, 125 dirhams. Este restaurante tiene en la planta de abajo un bar muy bonito de comida rápida con brochetas de cordero, patatas fritas, etc. Para comer en "ambiente marroquí" es necesario subir las escaleras.

Desde la moderna y funcional estación de Casa-Port, a dónde se llega caminando desde Place des Nations Unies en unos 15 minutos, se puede tomar un tren para Rabat, mi próximo destino.



viernes, 5 de febrero de 2016

Kuala Lumpur... la ciudad de las mil culturas

Por Merche.

Ahora que llevo bastante tiempo sin visitar esta maravillosa ciudad, tengo ganas de escribir sobre ella y así recordarla.

Kuala Lumpur te gusta más cuantas más veces la visitas. Yo he tenido la suerte de pisar sus calles en tres ocasiones diferentes y cada vez la he disfrutado más. La última de ellas, aprovechando que el calor da en enero una tregua por el Sudeste Asiático, me animé a caminar más y conocer la ciudad desde las aceras.

No son pocos los que piensan que Kuala Lumpur, al igual que el resto de las ciudades malasias, es un lugar aburrido donde hay poca fiesta. Pues bien, mucha suerte tienen los que prefieren fiestas hasta el amanecer ya que pueden dirigirse directamente a Koh Pagngha o alguna otra isla tailandesa. Dejemos entonces Malasia y su capital para los que quieren disfrutar de un mundo en el que las culturas se entremezclan y donde se puede encontrar un trocito de cada rincón de Asia sin moverse de una misma ciudad. Para mí, poco amante de las Full Moon Parties, Kuala Lumpur me parece una ciudad excepcional.

¿Qué hay en Kuala Lumpur? La primera (y fácil) respuesta es la admirable obra de César Pelli, las Torres Petronas. Por todos conocidas, mil veces retratadas y, sin lugar a dudas, el orgullo de los malasios.

Las torres Petronas en Kuala Lumpur.
Sin embargo, Kuala Lumpur es mucho más que oficinas de empresas petrolíferas. Vamos a verlo…

Que quieres comer comida india, en Kuala Lumpur lo tienes. Que quieres ver en una misma calle chicas musulmanas ataviadas con sus coloridos pañuelos (hijab, al-amira) y chicas indias con el sari típico, en Kuala Lumpur lo tienes. Que quieres que te expliquen de qué va eso del islam al margen de todos los prejuicios que podemos tener en occidente, en Kuala Lumpur lo tienes. Que quieres comer en un restaurante musulmán de guarniciones, en Kuala Lumpur lo tienes. Que quieres visitar mezquitas, templos indios e iglesias todo en el mismo día, en Kuala Lumpur lo tienes. Que quieres comprar productos de imitación mientras degustas unos dimsum chinos, en Kuala Lumpur lo tienes. Que quieres disfrutar del confort de una ciudad moderna al mismo tiempo disfrutas de tradiciones ancestrales, en Kuala Lumpur lo tienes. Que quieres pasear por calles con aceras bien pavimentadas y seguras tanto de día como de noche, en Kuala Lumpur lo tienes. Que quieres disfrutar de la naturaleza más salvaje, en Kuala Lumpur lo tienes. Que quieres conocer la historia del país o sus tradiciones en museos perfectamente equipados, en Kuala Lumpur lo tienes. Que quieres alojarte en buenos hoteles sin arruinarte, en Kuala Lumpur lo tienes. Por todos estos motivos, Kuala Lumpur no me parece para nada una ciudad aburrida, al contrario, me parece una ciudad estupenda para pasar unos meses viviendo allí y conociendo cada uno de sus  rincones.

Arquitectura de Malasia.

Quizás los que viven en KL tienen una opinión distinta a la mía sobre la ciudad, yo solo la he pisado como viajera, pero lo que se respira en las calles de Kuala Lumpur es una mezcla cultural basada en el respeto y la convivencia que hace al viajero sumergirse en un mundo fascinante.

Para empezar, un alojamiento. Buscar alojamiento en KL no es difícil, ya que no solo contamos con la variada oferta de los hoteles, hostels, etc. que hay en la ciudad, sino que además, podemos alquilar viviendas o habitaciones a través de la web www.airbnb.com. Como recomendación, el hotel 1915, por su relación calidad-precio y sobre todo por su ubicación, me parece una opción más que buena para pasar unos días en la ciudad.

Habitaciones cómodas, limpias y, con suerte, con ventanas desde las que se ven a lo lejos las Torres Petronas. Si bien es cierto, que las habitaciones son pequeñitas y el cuarto de baño resulta un poco oscuro. A pesar de estos, para mí, insignificantes inconvenientes, este hotel resulta de lo más agradable y práctico. ¿Qué es lo mejor que tiene este hotel? Sin duda, su ubicación. A escasos metros de la parada de metro Masid Jamek, se llega a él fácilmente desde la estación central (Sentral). Y ya que hablamos de transportes, vamos a empezar por el principio.

Llegadas y salidas


Aunque es posible llegar a KL por diversos medios, quizás el avión es la forma más común para los que viajan por el Sudeste Asiático. Desde ciudades vecinas como Bangkok, salen varios vuelos diarios de diferentes compañías como AirAsia que en menos de dos horas te plantan en la ciudad de las mil culturas a precios realmente asequibles. El aeropuerto de KL es moderno y está muy bien comunicado. Cuenta con dos terminales, la internacional se llama KLIA2. Nada más llegar te das cuenta que Malasia es un país potente que se está desarrollando a la velocidad del rayo y que pocas cosas tiene en común con sus vecinas Tailandia, Camboya o Indonesia. Más bien podría decirse que Malasia y, en concreto KL, miran arriba siguiendo el ejemplo inspirador de su otro vecino, Singapore.

Plano aeropuerto Kuala Lumpur.

Para llegar al mismo centro de la ciudad (KL Sentral) desde el aeropuerto, basta con coger un autobús o un tren rápido.

El tren se llama KLIA Ekspress y tarda solo 28 minutos en hacer el recorrido entre ambos puntos, por lo que resulta el medio más adecuado para volver ir desde la ciudad al aeropuerto cuando tienes que coger un vuelo. No es necesario reservar el billete, solo con ir un rato antes a las taquillas bien señalizadas de la estación KL Sentral o en el mismo aeropuerto te podrás hacer con los tickets, aunque también se pueden comprar en esta web. El precio: 55 MYR por viaje. (Te hacen un descuento si compras ida y vuelta).

El bus, muy cómodo y más barato que  el tren para llegar a la ciudad, tarda más tiempo. Si te pilla atasco puedes tardar algo más de una  hora en llegar a la ciudad, pero si vas sin prisas te ahorras un buen dinero. Por solo 10 MYR puedes coger el Express Coach desde la planta baja de la terminal KLIA2 del aeropuerto hasta KL Sentral.

El idioma


Otra de las grandes ventajas de Malasia en general y KL en particular es la facilidad que tienes para comunicarte con los lugareños, la gran mayoría dominan el inglés y son gente afable y dispuesta a prestar su ayuda si te despistas o te pierdes un poco. Algo que resulta más complicado en otros países vecinos donde el inglés muchas veces no es una vía para comunicarse. Hablar con los malasios, poder escuchar sus opiniones comentando la vida en el país, no tiene precio. Cualquier taxista, camarero, recepcionista… puede ofrecerte una información valiosísima que hará tu experiencia viajera aún más interesante.

El idioma malayo se escribe como el castellano, esto te facilita enormemente la vida en una ciudad en la que puedes leer los carteles fácilmente aunque no entiendas bien las palabras, pero desde luego, te ayuda mucho más que mirar los caracteres indescifrables para los que no conocemos el khmer, tailandés o laosiano.

De paseo por Kuala Lumpur


KL tiene muchas zonas interesantes a las que acercarse para conocer la vida local, desde el más sofisticado centro financiero plagado de rascacielos, hasta el barrio más auténtico y carismático.
¿Por dónde empezar? Veamos…

KLCC

El parque de KLCC.
La zona de las famosísimas Torres Petronas es visita obligada para todo viajero o turista que llega a la ciudad sea o no amante de las marcas de lujo. Este barrio es fácilmente accesible en metro (LRT), la parada KLCC no tiene pérdida. Las Torres están rodeadas por edificios modernos, rascacielos que quedan iluminados a la caída del sol para mostrar todo el poderío malasio.
Este centro neurálgico de la ciudad cuenta con un grandísimo centro comercial en el que para ir al baño sin pagar has de subir a la segunda planta. Tanto las plantas superiores como las subterráneas están repletas de restaurantes. Las plantas intermedias guardan espacio para las grandes marcas de ropa y complementos.

Cada noche, a las 8, en el lago a los pies de las Petronas tiene lugar un espectáculo gratuito de música y luces que merece la pena ver. Al igual que también merece la pena disfrutar del parque junto a ese lago para pasear, descansar o hacer un poco de deporte respirando aire puro en medio de una cuidada naturaleza en pleno centro de la ciudad.
Espectáculo de agua y música en KLCC.

¿Se puede subir a las Torres Petronas? La respuesta es sí, pero eso te lo cuento más adelante…

Central Market


Este mercado para turistas nada tiene que ver con sus homónimos de Phnom Phen o Ho Chi Ming. Realmente es un centro de tiendas de souvenirs y que, por tanto, no está nada mal para encontrar artesanía tradicional o tejidos típicos de Malasia como el famoso batik.
Cerca del Central Market, y esto sí es más interesante, puedes encontrar restaurantes de buenísima comida musulmana acompañada por un exquisito lemon tea.

El barrio chino y la calle Petaling


Este barrio es estupendo para comprar productos falsificados como relojes, bolsos, camisetas y también para los amantes de la auténtica comida china para degustar en mesas en la calle. Eso sí, como no podría ser de otra manera, esta zona es objetivo de turistas muchos de los cuales seguramente se alojarán en los hostels de la zona.

La plaza Merdeka y sus alrededores


La plaza Merdeka.
Esta enorme plaza en medio de la ciudad, accesible a pie desde la zona de Masid Jamek, es un hervidero de familias al fresquito de la noche cada viernes y sábado cuando cortan al tráfico las calles aledañas para abrir el espacio a las bicis y patinetes de los niños. Muy recomendable para sentarse y ver la vida de los lugareños los sábados al anochecer.

Cerca de esta plaza está la oficina principal de turismo de la ciudad, donde informan sobre los museos (muchos gratuitos) que se pueden visitar y que ayudan a conocer mejor la idiosincrasia e historia de los malasios.

La mezquita Masjid Jamek


Masjid Jamek
Esta es una  más de las mezquitas que se pueden visitar en la ciudad. La visita puede convertirse en una grandísima experiencia en Kuala Lumpur. En algunas de ellas, como la Masjid Jamek hay voluntarios dispuestos a explicar que nada tiene que ver el islam con medias lunas o terrorismo. Gran labor la de estos voluntarios que tienen como objetivo tumbar los prejuicios de todo aquel que esté interesado.

El techo de Kuala Lumpur


¿Desde dónde tenemos las mejores vistas? Podemos considerar dos puntos como el techo de Kuala Lumpur. Uno de ellos, las Torres Petronas y el otro la Menara KL (menara significa torre en malayo). Yo no soy capaz de decantarme entre ambos.

Dentro de las Petronas.
Visitar por dentro las Torres Petronas merece mucho la pena, es caro, pero no se sube a las Petronas todos los días… o al menos eso es lo que uno piensa la primera vez que va a KL. El inconveniente de esta opción, además de los 85 MYR que has de pagar, es que te limitan el tiempo de la visita a un total de unos 30 minutos (15 en la pasarela y 15 en la parte superior de una de las torres). La gran ventaja son las vistas ya que además de divisar toda la ciudad puedes ver la segunda torre a pocos metros de distancia. Dentro de la torre que se visita hay una sala de exposiciones donde se hace publicidad de Petronas, la compañía de petróleo y gas de Malasia propiedad del Estado y, por tanto, un gran motivo de orgullo para el país.

Para comprar los tickets conviene ir un día o dos antes (o comprarlos en esta web) porque los venden con antelación y se acaban con rapidez, sobre todo para las visitas a las mejores horas, al atardecer, cuando ya puedes ver la segunda torre iluminada desde las alturas.


La plataforma de observación de la Menara KL gana en altura a la de las Torres Petronas y sus vistas nada tienen que envidiarle a las de estas últimas. Es fácil llegar caminando desde la estación de metro (LRT) Dang Wangi. Hay un minibús gratuito para subir (y bajar) la pendiente que lleva hasta la base de la torre. Las ventajas de la Menara KL son el precio (más barata que las Petronas, unos 52 MYR el paquete básico) y, sobre todo, que la visita no está limitada en el tiempo, por lo que puedes echar la tarde quedándote en la plataforma circular disfrutando de las vistas, y divisando las Torres Petronas a lo lejos, o aprovechando para tomar algo.

Como, a pesar de sus ventajas, esta torre no es tan famosísima como las Petronas, no es necesario reservar los tickets o comprarlos con antelación, por lo que resulta una visita improvisada de lo más agradable.

Mi recomendación, subir a las dos si se puede.

El jardín botánico



Frangipani.
Otra de las cosas buenas de Kuala Lumpur es que es una de las ciudades más verdes del Sudeste Asiático. El jardín botánico es una gran muestra de ello. Un paseo por este lugar para ver las bellísimas flores que se cultivan y crecen gracias al agua y el sol de esta zona del planeta. Además, en el recinto del jardín botánico hay un aviario y un mariposario que pueden visitar los interesados en la fauna autóctona.


Jalan Alor y sus alitas de pollo


No muy lejos de KL Sentral, en la zona de Jalan Alor (jalan significa “camino” o “calle”), se pueden degustar las famosas alitas de pollo malasias, “chicken wings”, pero para mi gusto hay lugares mucho mejores para cenar, como Little India.

Little India nuevo y viejo


Se podría decir que Kuala Lumpur tiene dos Little India. La primera y más antigua se localiza en el barrio donde está la mezquita Masid Majek, la segunda y más moderna está en Brickfields. Aunque ambas “Indias” son lugares estupendos para degustar auténtica comida hindú, quizás la zona de Brickfields está mucho más ambientada al anochecer.
Brickfields.

Una fuente de elefantes abre el camino a Brickfields, una calle donde arcos azules y rosas sirven de portales a tiendas de ropa típica a buen precio, niñas que hacen tatuajes de henna en plena calle y carismáticos restaurantes de comida hindú. Realmente pasear por este barrio es vivir el auténtico ambiente indio de Kuala Lumpur.

Las cuevas Batu y los monos salvajes


Un fresquito coco de Malasia.
Saliendo un poco de la ciudad, y algo más cerca que la mezquita coloreada de Putrayaya, se encuentran las cuevas Batu. Para llegar, en poco más de 20 minutos, hace falta coger un tren en KL Sentral. Conviene preguntar los horarios de vuelta para no perder el último transporte hacia la ciudad. El paseo en tren, cómodo, seguro y barato, resulta muy agradable. Desde la venta se observa cómo rápidamente cambia el escenario de rascacielos por uno mucho más salvaje donde abunda la vegetación y la fauna autóctona.


Los protagonistas de esta visita a las cuevas serán, sin duda, los monos malasios. Unos monos que de tontos no tienen nada y son capaces de robarte la mochila, quitarte el helado que llevas en la mano y pegarse un festín a tu costa por su cara bonita.

Monillo en la Batu Caves.
Los miedosos han de ir concienciados. Los monos son los reyes indiscutibles de los templos. Saltan por las doscientas y pico escaleras amenazando a los humanos que se atreven a subirlas dejando claro que si ellos quieren te quedas si merienda, sin cartera y hasta sin gafas de sol.

Batu Caves.
Para mí, que el amor por los animales no lo tengo muy desarrollado, ir a las cuevas Batu supuso todo un gran reto por controlar los ataques de pánico, pero si hay suerte (como la última vez que fui a finales de enero) y te encuentras en plena celebración del festival hindú que congrega allí a bramahnes y curanderos practicando los más diversos ritos ¡eso sí que es todo un espectáculo! Ahí, en esos días, con el ruido ensordecedor de los tambores de personas por las pendientes escaleras, los monillos no se atreven a aparecer y se quedan agazapados en sus escondites. ¡Qué suerte la mía!
Al margen de los monos, el templo de las cuevas Batu muestra creencias ancestrales que son dignas de vivir de cerca. Para refrescarse, que siempre viene bien por estos lares, un poquito de agua de coco siente divinamente.



¡Atentos a las normas en los transportes!

Una última recomendación


Y qué mejor que conocer una ciudad caminando por sus calles y comiendo comida local, tan variada y exquisita como lo es en KL. Pues esa es básicamente mi recomendación, mapa en mano, caminar, caminar y caminar y probar todas las delicias gastronómicas que van apareciendo a lo largo de ese camino mientras se disfruta de la selva que aparece y se entremezcla con edificios de gran belleza arquitectónica.



I love KL.

Para aprender más:


-          Según  FUNDEU, la diferencia entre las palabras malasio/malayo es la siguiente:
Malasio/a: gentilicio y cosas relativas al país
Malayo: lengua de Malasia


viernes, 14 de agosto de 2015

Aeropuertos de Bangkok


 
Por Merche.

En Bangkok hay dos aeropuertos: Suvarmabhumi, el orgullo de los tailandeses, y  Don Mueng, el antiguo aeropuerto reabierto para líneas de bajo coste en octubre de 2012.

El aeropuerto de Suvarnabhumi se encuentra a unos 40 km de la ciudad, ahí es donde llegan los vuelos procedentes de Europa de las grandes compañías British Airways, Thai Airways, Aeroflot, Qatar, etc.

La forma más económica, y a veces la más rápida, de llegar desde el aeropuerto a la ciudad es utilizando el Airport Link City Line. Es un moderno tren que cada 15 minutos sale desde la planta baja del aeropuerto. Esta línea conecta con el skytrain (BTS) de Bangkok en la parada Phaya Thai. Esta es la última estación y se tarda unos 40 min. en llegar. También conecta con la línea de metro (MRT) en la estación de Makkasam, ya que desde ahí se puede ir caminando para coger el metro en MRT Pechaburi que está a solo una parada de la estación MRT Sukhumvit, que a su vez está conectada por una pasarela con la estación BTS Asok.
 

Es importante tener en cuenta que muchas estaciones de metro o skytrain en Bangkok no tienen escaleras mecánicas, por lo que si se va con equipaje pesado quizás el Airport Link City Line no es muy recomendable. En ese caso, se puede coger un taxi que cuesta unos 400 THB desde el aeropuerto a la zona de Sukhumvit, donde se concentran la mayoría de los hoteles.

Para ir desde la ciudad al aeropuerto habría que seguir el mismo camino, es decir, ir en taxi o coger el Airport Link City Line en las estaciones de Phaya Thai o Makkasam. El trayecto desde Phaya Thai son 45 THB, algo más de un euro.

Si se viaja con líneas de bajo coste como AirAsia, NokAir, etc. se llegará al aeropuerto de Don Mueng que se encuentra bastante más cerca de la ciudad que el aeropuerto de  Suvarnabhumi. Desde Don Mueng se puede coger el autobús número A1 que tiene salidas cada 20 o 30 minutos y que para en la estación de autobuses de Mo Chit o en la estación de BTS de Mo Chit (aunque se llamen igual y estén en la misma zona, no están justo al lado). El precio  del billete que  hay que pagar en efectivo es de 30 THB y pocas veces aceptan que paguen con un billete de 1000 THB, así que es bueno asegurarse de llevar cambio.

Desde la estación de BTS de Mo Chit se puede llegar a distintos puntos de la ciudad usando el BTS. En sentido contrario, es decir, si se viaja desde la ciudad al aeropuerto de Don Mueng, se puede coger este mismo autobús A1 en la parada de BTS de Mo Chit. Simplemente hay que bajar las escaleras desde la estación de Mo Chit y esperar al autobús en la acera. Suele pasar cada 20 o 30 minutos y tarda unos 25 minutos en llegar al aeropuerto dependiendo del tráfico. Si se decide coger un taxi desde Bangkok al aeropuerto Don Mueng hay que tener en cuenta que los atascos son muy comunes en Bangkok y si se va con poco tiempo se corre el riesgo de perder el vuelo. Para evitar esto, una buena opción sería coger un taxi desde la estación de BTS de Mo Chit y hacer el trayecto hasta Mo Chit en BTS para evitar el tráfico de la zona de Sukhumvit.

Hay compañías de bajo coste que vuelan a ambos aeropuertos, es el caso de Thai Smile que tiene vuelos a Suvarnabhumi y también a Don Mueng, por lo que conviene fijarse bien en la reserva de a qué aeropuerto debemos dirigirnos. Los códigos son BKK para Suvarnabhumi y DMK para Don Mueng.

Al estar bastante más cerca de la ciudad, un taxi desde Don Mueng a la zona de Sukhumvit puede costar unos 150 THB. En este aeropuerto también hay una parada de tren de larga distancia desde donde se puede viajar a otros destinos en Tailandia.

Es posible que uno llegue a un aeropuerto y tenga un segundo vuelo desde el otro aeropuerto. Si ocurre esto, se puede viajar desde un aeropuerto al otro con el shuttle bus gratuito que se coge en la planta de llegadas del aeropuerto de Don Mueng o en la planta 1 del aeropuerto de Suvarnabhumi. Normalmente, para usar este autobús te piden que muestres la reserva del vuelo que vas a coger en el otro aeropuerto.

En ambos aeropuertos, tanto si se entra como si se sale de Tailandia, habrá que pasar por inmigración, así que conviene saber que en el aeropuerto de Sukhumvit, que recibe muchos más viajeros internacionales, normalmente se tarda más tiempo en realizar este trámite.

¡Buen viaje!

viernes, 13 de marzo de 2015

Langkawi ... el orgullo de Malasia

Por Merche.

Quizás si se les pregunta a los malasios acerca de qué les produce más orgulloso en su país la mayoría diría sin dudar las Torres Petronas de Kuala Lumpur. Sin embargo, desde mi punto de vista, la isla de Langkawi merece mucho más este honor que la admirable construcción de César Pelli.

Hace poco más de 50 años, Langkawi era una isla aislada si ningún tipo de infraestructura, pero el Gobierno malasio, encabezado por su antiguo presidente, Mahathir Mohamad, que trabajó en la isla como médico antes de dedicarse a la política, impulsó su desarrollo para ofrecer hoy a los viajeros un conjunto inolvidable de experiencias, resorts de lujo y naturaleza exuberante. Así es Langkawi, una isla completa.

Mapa de Langkawi.
A Langkawi se llega en barco o en avión. Hay vuelos directos desde Kuala Lumpur con la aerolínea Malindo por unos 10€, si se consigue una oferta. No solo se puede volar ahora desde la capital, sino también desde otros lugares de Malasia como Penang y Subang o desde otros países como Singapore. Si se prefiere llegar a Langkawi en barco y disfrutar de la maravillosa experiencia que supone ir navegando por los islotes que rodean la isla, es posible coger un ferry en Satun (Tailandia), Kuala Perlis (Malasia), Kuala Kedah (Malasia) o en Penang (Malasia).

Si se está en la capital de Tailandia, Bangkok, se puede realizar el siguiente trayecto:

Bangkok – Hat Yai – Pedan Besar – Kuala Perlis – Langkawi.

Camioneta para ir desde el aeropuerto
 de Hat Yai a la estación de autobuses.
Para ir desde Bangkok a Hat Yai se puede ir en minivan, autobús o avión, por ejemplo con AirAsia  o Nok Air. El vuelo cuesta unos 1000 THB (25 €). Una vez que se llega al aeropuerto de Hay Yai, hay que ir a la estación de autobuses. Para ello, es preferible coger la camioneta azul (“songtéo” en tailandés) a la salida del aeropuerto, nada más cruzar la calle. El trayecto hasta la estación de autobuses  cuesta 40 THB (1 €). Hay que tener en cuenta que en Hat Yai hay dos estaciones de autobuses, la Hat Yai Minivan Station y la Hat Yai Bus Station, pero la estación desde la que se ha de tomar la minivan o furgoneta para Malasia es esta segunda, Hat Yai Bus Station (“bokosóo” en tailandés).

Frontera Tailandia-Malasia
en Padang Besar.
En la estación de autobuses hay que coger una furgoneta (o minivan, como las llaman en Tailandia) a Padang Besar. Esta localidad está dividida en dos partes, la parte tailandesa y la parte malasia y es aquí donde se encuentra la frontera entre los dos países.  El camino es para disfrutarlo, una buena carretera que discurre por pueblos pequeños en los que se pueden admirar los cultivos que hacen de esta zona una de las más ricas de Tailandia, se trata de árboles de los que se extrae el caucho.  La vegetación y las casas construidas con esmero muestran que esta es una zona privilegiada del país. Si además tienes la suerte de sentarte en el asiento del copiloto y el conductor muestra interés en conversar contigo (aunque sea en tailandés básico), podrás satisfacer tu curiosidad sobre la forma de vida o las costumbres del sur de Tailandia.

Pasar la frontera por tierra siempre produce cierto nerviosismo, parece que los oficiales revisan el pasaporte con más detalle y preguntan más cosas que en los aeropuertos. Aunque lleves toda la documentación en regla, siempre existe una mínima posibilidad de que no te dejen pasar. En este caso, la frontera en Padang Besar no es diferente, con la salvedad de que en esta frontera no hay tanto tránsito como en otras zonas y la mayoría de la gente pasa por ella en moto, camión o coche, por lo que pasar caminando es algo relativamente raro, pero por supuesto, se puede hacer.

Primero has de pasar por un puesto de inmigración tailandés donde deben sellarte la salida de Tailandia. Continúas andando unos 150 metros entre camiones y coches bajo el sol abrasador tailandés (conviene llevar sombrilla, gafas de sol, gorro, agua…). Hay un supermercado Duty Free con aire acondicionado en el que puedes parar unos instantes para refrescarte y cambiar dinero, ya que una vez que pases la frontera estarás en tierra malasia y tendrás que usar la moneda local, ringgit (MYR). Después del Duty Free, debes seguir caminando unos 200 metros aproximadamente hasta que llegas al puesto de inmigración para entrar en Malasia. Los oficiales seguramente te preguntarán para qué quieres entrar en el país y no te pondrán muchas pegas si dices que vas a hacer turismo. Los españoles no tenemos que pagar nada para entrar en Malasia y obtenemos un permiso de estancia de 90 días que quedará indicado en el sello que te ponen en el pasaporte.

Carretera de Padang Besar
a Kuala Perlis
Cuando pasas la frontera, has de seguir caminando hasta una parada de taxi cercana. El taxi te llevará a Kuala Perlis, que es donde puedes coger el ferry para llegar a Langkawi. El trayecto en taxi entre Padang Besar y Kuala Perlis dura unos 45 minutos y cuesta 56 MYR (precio oficial fijo que no admite descuento). El paisaje de la carretera te va dejando intuir lo que te encontrarás en la isla, bellas montañas llenas de vegetación. En esa carretera hay un puesto de militares que probablemente te pedirán que muestres tu pasaporte e incluso que bajes del coche para rellenar un formulario con tus datos personales, un puro trámite que si no te lo esperas puede hacerte pensar que te van a llevar directamente para un cuartelillo…


Desde Kuala Perlis el trayecto en ferry dura 1 hora y cuesta 18MRY, los billetes se compran en el mismo puerto y también online en la web FerryLine. El último ferry desde Kuala Perlis sale a las 7 de la tarde. El barco es bastante grande y tiene asientos numerados, cosa que sorprende por estos lares… El viaje entre los locales es sumamente agradable y permite observar cuan diferentes son las gentes de Malasia de sus vecinos tailandeses. En el barco se mezclan  musulmanes, hindúes, chinos y pocos, muy pocos, occidentales. Una pequeña muestra de lo que es Malasia, una asombrosa mezcla cultural y racial.

Lo primero que sorprende al llegar a Langkawi son sus infraestructuras. Langkawi es una isla sumamente desarrollada sin que haya perdido precisamente eso, el encanto de ser una isla, rodeada por mar, con playas de arena blanca excelentes para el baño y una vegetación exuberante que adorna bellas montañas. Por tanto, es una isla cómoda, donde conducir por carreteras bien asfaltadas que no tienen grandes cuestas o desniveles y donde uno se encuentra como en casa disfrutando de la amabilidad de los malasios y sus admirables dotes culinarias. Algo que yo personalmente agradezco profundamente en esta isla es que tienes la posibilidad de caminar, ya que hay buenas aceras que te permiten ir de unas zonas a otras o moverte con libertad por las pequeñas poblaciones que salpican la isla.

Cenang Beach.
La mayoría de los extranjeros con ganas de fiesta, de pasearse en moto de agua, de comer en restaurantes occidentales y de vivir la experiencia en la isla al estilo de como se hace en Puerto Marina (Benalmádena – Málaga – España), buscan alojamiento en Cenang Beach (se pronuncia “chenan bich”), por tanto esta zona es más cara para alojarse y no merece mucho la pena si prefieres relacionarte con los nativos del lugar. Es bastante complicado conseguir comida local en esta zona ya que todo está preparado para que los extranjeros no echen de menos las hamburguesas, las pizzas o los puestos de souvenirs. Lo que sí es sensacional en Cenang Beach es la playa, con una franja de arena blanquísima de unos 2 km por la que puedes pasear y también disfrutar del baño. Recomiendo no perderse el silencioso atardecer del que puedes gozar al final de esta playa cuando el cielo te regala innumerables momentos de postal.
Atardecer en Cenang Beach.


Atardecer en Cenang Beach.


Me parece mucho más interesante la zona de Kuah para alojarse. Además de que los alojamientos son algo más baratos, puedes conseguir algún descuento en temporada baja, muchos de ellos son nuevos y en general están en mejores condiciones por no tener el trasiego de turistas de los alojamientos en Cenang Beach. Por ejemplo este: Geopark Inn con habitaciones desde 100 MYR la noche.


He de decir que a las personas que no les gusta la vida tranquila, quizás Kuah les parezca aburrido o con pocas posibilidades de diversión. Sin embargo, si lo que buscas es poder pasear con tranquilidad sin encontrarte a un extranjero a cada paso, disfrutar de comida local, buenas vistas al mar y compartir con los lugareños conversaciones agradables, Kuah es una opción mucho mejor que Cenang Beach. Fácilmente uno puede desplazarse desde Kuah a otras zonas de la isla en coche o en moto, (recomiendo coche con aire acondicionado para evitar el sol y el calor sofocante).
Mezquita en Kuah.

Carretera en Langkawi.
Alquilar una moto puede costar unos 40 MYR por 12 horas y un coche muy básico puede salir por unos 65 MYR. Una tienda legal para alquilar moto o coche que te pedirá una licencia de conducir internacional y tu pasaporte para realizar el trámite es T shoppe, con sucursales en Kuah y en Cenang Beach.

Esta isla tiene muchas posibilidades para los que tenemos la suerte de pasar aquí unos días. Quizás la primera atracción de Langkawi sean sus playas. Recorriendo en coche la isla y siguiendo las rutas marcadas por un mapa que puedes conseguir de manera gratuita en las oficinas oficiales de turismo, podrás detenerte en lugares de ensueño en los que refrescarte con un baño o simplemente admirar la belleza del mar que tienes delante como Pantai Kok o Black Sand Beach.

Pantai Kok.

Tanjung Rhu Beach.
La playa más bonita para mí, sin lugar a dudas, es Tanjung Rhu Beach, donde se ubica el Tanjung Rhu Resort cuyos dueños deciden quién entra a esta playa, ya que limitan la entrada de visitantes para que los clientes del resort no sean molestados. Si tienes suerte, podrás acceder a esta playa firmando antes un documento que te compromete a no pasar cerca del resort y quedarte en la zona de la derecha. Debes tener cuidado al conducir por la carretera que llega a la playa porque los monillos estarán en las cunetas o en el asfalto campando a sus anchas y lo último que desearías sería atropellarlos. Es en la parte derecha de la playa de Tanjung Rhu donde tienes la posibilidad de alquilar hamacas con sombrilla por 15 MYR la hora. No tengo palabras para describir la belleza del lugar, sobre todo cuando puedes disfrutarlo prácticamente en soledad. La mejor hora para estar allí, es a partir de las 6 de la tarde, cuando ya se han ido los posibles turistas que han alcanzado la playa para tostarse al sol.

Tanjung Rhu Beach
Oriental Village.
Otra de las grandes maravillas de esta isla son sus parques naturales, como el Geopark. Incluso existe la posibilidad de subir con un teleférico (cable car) para divisar desde todo lo alto la isla y asomarse al puente, aunque yo me quedé con las ganas de disfrutar de esta experiencia porque el cable car se encontraba en reparación. El precio es de 35 MYR por persona y está abierto de 10 de la mañana a 7 de la tarde aproximadamente. Recomiendo llamar por teléfono a las instalaciones antes para asegurarse de que está abierto. La entrada al cable car se encuentra en la Oriental Village, se trata de una bonita y agradable zona con restaurantes decorada a estilo oriental donde se encuentra el museo de Art in Paradise, se trata de un lugar en el que hay cuadros en formato 3D para que puedas hacer fotos simulando que formas parte del cuadro, si se viaja con niños este museo es un buen lugar para pasar las horas de calor porque disfrutarán a lo grande. También queda cerca de la Oriental Village la cascada de siete niveles, que merece la pena visitarla en la época de lluvias que es cuando más agua tiene (agosto – diciembre).

Crystal glass blowing.
Otra actividad interesante que se puede hacer en la isla es visitar un centro de fabricación artesanal de objetos de cristal, donde se conocerá de primera mano cómo realizan el trabajo los artistas que soplando vidrio crean formas maravillosas. Además, si se quiere conocer la historia de Mashuri, una mujer que fue condenada a muerte por adulterio y que se ha convertido en todo un símbolo en Langkawi, se puede visitar su tumba y el museo donde se dan detalles de su vida.

Restaurante en Kuah.
Recorriendo la isla en coche o moto se van encontrando estupendos sitios donde pararse a tomar un tentempié a la sombra de los árboles mientras te deleitas mirando el mar. Hablando de comida, aprovecho para recomendar aquí dos lugares en Kuah donde se puede comer arroz con una o dos guarniciones a elegir por unos 6 MYR, acompañando el plato quizás con un refrescante té de limón con hielo (ice lemon tea) por solo 2 MYR más.


Restaurante en Kuah, Nasi Kandar Al Aiman, abierto 24h.

Y por último, lo que uno no debe perderse cuando visita Langkawi, además de las frutas exóticas de temporada, es su café (kopi) delicioso en todas sus modalidades: con hielo, sin hielo, con leche, sin leche… y, por supuesto, el roti, esa deliciosa torta que puede llevar cebolla, huevo o queso al gusto o kaya, la famosa y sabrosa mermelada de coco.
Kopi con roti de huevo y cebolla.


Langkawi es esto y mucho más: jungla, manglares, cuevas… pero eso lo dejo para mi próximo visita.

Langkawi, sin duda, enamora. Espero que las ansias de construir nuevos resorts junto a la playa no acaben con la belleza de la isla y que continúe por siempre siendo Naturally Langkawi.



lunes, 2 de febrero de 2015

Bangkok … la puerta de Tailandia

Por Merche.

Casi inevitablemente la entrada a Tailandia hay que hacerla por Bangkok, sobre todo si se viene de Europa.  La contaminación, el caos, los atascos de tráfico y el ruido te dan la bienvenida en esta ciudad que para algunos es menos moderna de lo que se pensaban y que para otros supera en mucho sus expectativas. Se comienza así con el derribo de los prejuicios que podemos tener sobre el país de las sonrisas. Quizás también este eslogan tan machacado en Tailandia también desaparezca al llegar a Bangkok, probablemente la gente aquí sonría menos y sea menos amable con el extranjero que en zonas más alejadas a las que no llegan tanto extranjeros. En cualquier caso, tanto si al final gusta como si la acabas odiando, Bangkok merece una visita o dos.

He aquí una brevísima ruta que se puede seguir en la capital tailandesa que completo con alguna información útil.

Aeropuertos

Bangkok tiene dos aeropuertos, Suvarnabumi (al que llegarás si vienes desde Europa) o Don Mueang (si viajas con una aerolínea low cost como AirAsia, Nok Air, etc.)

Desde el aeropuerto de Suvarnabhumi, a unos 40 km de la ciudad, lo más recomendable y económico es seguir las indicaciones y tomar el AirportLink en la planta baja del aeropuerto. Este tren te llevará en media hora por unos 50 THB a la estación de BTS Paya Thai. Desde ahí te puedes mover fácilmente en  BTS (Sky train) por la zona de la ciudad donde se concentran la mayoría de  hoteles, Sukhumvit.

Desde el aeropuerto de Don Mueang que está en la propia ciudad, se puede tomar por 30 THB el bus A1 que te dejará en la estación de autobuses de MoChit (conexión con buses y furgonetas a prácticamente todos los destinos de Tailandia) o en el BTS MoChit (Sky Train). Hay que tener en cuenta que la estación de autobuses de MoChit y el BTS MoChit no están justo al lado, por lo que conviene bajarse en la parada adecuada.

También, por supuesto, desde los dos aeropuertos se tiene la opción de tomar un taxi que te lleve directamente a tu alojamiento. Es conveniente llevar el número de teléfono del alojamiento para que el taxista pueda llamar si no sabe exactamente donde está.

Entre los dos aeropuertos hay un Shuttle bus GRATUITO que permite en una hora aproximadamente ir de un aeropuerto al otro. Normalmente te piden que muestres tu tarjeta de embarque o tu número de reserva de vuelo para dejarte subir al shuttle bus.

Alojamiento

Mi recomendación de alojamiento en Bangkok por su cercanía al BTS On Nut, por su proximidad al food court del Tesco Lotus donde puedes encontrar comida rica y barata es el hotel Imm Fusion, que se ha convertido ya en mi segunda casa en Tailandia. Se puede reservar desde la web de booking y te permite pagar una vez llegues al hotel. La habitación doble con desayuno buffet incluido cuesta unos 1.000 THB.
Por supuesto, hay muchos alojamiento más en Bangkok, más baratos que este también. Pero este lugar para mí es muy cómodo por estar a solo 2 minutos andando de la parada de Skytrain BTS On Nut.


Día 1

Si llegas a Bangkok por la mañana temprano, quizás no puedas entrar en tu habitación del hotel, ya que normalmente el check in se realiza a las 14:00. Pero sí puedes dejar tus maletas en el hotel y olvidarte del jet lag comenzando a conocer la ciudad, por ejemplo visitando el Wat Poo y el Wat Phra Kaeo.

Olvídate de taxi, por los atascos, y de caminar, Bangkok no es una ciudad para eso y toma el BTS hasta la parada BTS Saphan Taksin. Desde ahí puedes tomar un barco que te llevará por el río Chao Phraya hasta el muelle Tha Tien Pier. Este barco cuesta 15 THB y tiene una bandera naranja, los otros barcos que surcan el río y que también hacen parada en este muelle son para turistas y cuestan más de 100 THB, de tu astucia depende que tomes el barco que los tailandeses utilizan como bus por el río, desde luego no te será fácil porque intentarán venderte el billete del barco para turistas. El paseo en barco por el río permite ver varios templos en las dos orillas, edificios modernos y distintas embarcaciones Desde el muelle Tha Tien Pier sí se puede ir andando hasta el Wat Phra Kaeo o el Wat Poo que quedan muy cerca.

Lo más recomendable es visitar el Wat Phra Kaeo (se pronuncia wat para kéo) o Palacio Real, donde se encuentra el Buda Esmeralda, a primera hora de la mañana, cuando aún no han llegado los autobuses de turistas. Este templo abre a las 8:30 de la mañana y cierra a las 15:30. Otra buena hora para visitarlo es de 14h a 15:30h, porque también a esa hora hay menos turistas y, por tanto, se pueden hacer mejores fotos. En los alrededores del Palacio Real siempre hay gentucilla que intenta engañar a los extranjeros diciéndoles que el Palacio está cerrado o que abre más tarde para intentar llevarlos a dar una vuelta en su barco o el de su primo, como me pasó a mí la primera vez que visité Bangkok. EL PALACIO NO ESTÁ CERRADO, abre cada día de 8:30 a 15:30, tal y como anuncian en muchos carteles cerca del recinto, así que no dejes que te engañen por mucha amabilidad que muestren.

La entrada del Wat Phra Kaeo cuesta 500 THB y debes llevar ropa adecuada, es decir, pantalones o faldas por debajo de la rodilla, hombros cubiertos, nada de escotes y nada de leggins (“too tight”). Si tu ropa no es adecuada, deberás hacer cola para que te den una indumentaria adecuada antes de entrar en el templo y pagar 200 THB que te devolverán una vez entregues la ropa. Por eso, para ahorrar tiempo y evitar colas, procura llevar ropa adecuada cuando tengas previsto visitar templos en Tailandia.

Dicen que el Buda Esmeralda es el más sagrado de Tailandia y quizás por eso no dejan hacer fotos dentro del templo, pero sí se pueden hacer fotos fuera admirando la decoración de las paredes exteriores del templo y de la pagoda dorada. Incluso puedes encontrar una maqueta de los templos de Angkor (en Camboya) en el recinto. La visita te puede llevar aproximadamente una hora.
Muy cerca del Wat Phra Kaeo se encuentra el Wat Poo. Un agradable recinto con pagodas de colores, templos de Budas dorados y bancos a la sombra que puedes disfrutar después de la obligada visita al Buda reclinado. Es importante saber que a los templos ha de entrarse sin zapatos, en este templo te proporcionan una bolsa de tela donde debes guardar tus zapatos, así que mucho mejor si se llevan zapatos que se puedan quitar y poner fácilmente.

El Wat Poo y sus alrededores son realmente impresionantes, invitan además a un ratito de relajación, quizás disfrutando de un masaje en la escuela de masajes que se ubica en el mismo recinto. Los masajes aquí, como era de esperar, son más caros que en otros lugares. La entrada cuesta 100 THB y te regalan una botellita de agua para beber, que con las temperaturas que suele haber en Bangkok, se agradece más que el agua bendita.

Y ya que se está por esa zona, se puede aprovechar para visitar otro templo que te puede dejar con la boca abierta, el Wat Arun. Desde el muelle Tha Tien Pier, se puede tomar un barco que cruza el río por solo 5 THB. La entrada del templo vale 50 THB y probablemente sea más agradable visitarlo al atardecer, cuando el calor es menos intenso, para poder subir por las empinadas escaleras a la parte alta de la pagoda sin riesgo a que te dé un mareo.

Para comer, se pueden encontrar puestos y pequeños restaurantes cerca de los templos. No es, desde luego, la mejor zona para almorzar, pero si se quieren visitar los tres templos en una misma mañana no queda más opción que comer algo en algún puesto callejero intentando evitar los lugares con precios abusivos.

Después de la visita a los templos, quizás sea conveniente coger un taxi para volver al hotel. Debes exigir que te pongan el taxímetro, que en Bangkok comienza por 75 THB según la nueva normativa. Si no se está demasiado cansado, se puede hacer el camino de vuelta por el río hasta conectar de nuevo con el BTS en Saphan Taksin.

Si este es el primer día que se pasa en Bangkok, quizás sea recomendable dormir una buena siesta para poder afrontar la noche con energía.

Existen muchos lugares en Bangkok para cenar, pero me gustaría recomendar un restaurante que descubrí hace poco gracias a unos compañeros. Se trata del mexicano “Tacos y Salsa”, al final de la soi 18, al que se llega fácilmente andando desde BTS Asok. Estupenda y abundante comida a buen precio en un ambiente muy agradable. En el menú puedes encontrar burritos de pollo, quesadillas al pastor, ceviche, nachos con moles y queso… Sin tomar alcohol, la cena puede salir por unos 300 THB por persona.

Para bajar la comida y continuar la noche en ambientes latinos, se puede visitar el bar “La Rueda”, en la misma soi 18 que el restaurante mexicano. Es un lugar pequeño y con un espacio para bailar salsa, kizomba o bachata. Cierra a las 1:30.


Si se sigue con energía, se puede ir andando hasta la soi  16 y llegar al bar 23. No es muy fácil de encontrar, pero si se continúa por la soi, al final se llegará hasta él. Este bar de extranjeros que beben cerveza y fuman dentro del local cierra a las 2.

- CONTINUARÁ -