sábado, 9 de noviembre de 2013

Vientiane … la ciudad-pueblo capital de Laos

Por Merche.



Vientiane es oficialmente la capital de Laos desde que en 1899 los franceses la nombraran centro del protectorado francés de Laos. Antes Luang Prabang era la ciudad más importante del país. A efectos prácticos y en cuestiones turísticas, lo sigue siendo.

Vientiane es conocida por los turistas que desean permanecer en Tailandia más tiempo del que su visado les permite, porque allí existe una Embajada tailandesa donde se puede solicitar un nuevo visado turista, además de los visados para trabajar en el Reino tailandés. Así que Vientiane es más famosa por su cercanía a Tailandia que por ser la capital de Laos.

Aquí la moneda en curso es el KIP, con una equivalencia de 10.000 kip = 1€. Podemos hacernos una idea del poderío económico de Laos sabiendo que el billete de más valor equivale a 5€, es decir, 50.000 kips.

Para llegar a Vientiane desde Tailandia es bien fácil, las líneas de autobuses Thai-Lao International salen de distintas ciudades tailandesas con destino a la capital laosiana. Es importante saber que para poder subirse a este autobús es necesario tener previamente el visado que permite la entrada a Laos. Para los españoles, el visado para entrar en Laos puede solicitarse en la Embajada de Laos en Bangkok o también en los consulados de Laos, como el de Khon Kaen, por un coste de unos 35€. También existe la posibilidad de llegar a Laos sin visado y tramitarlo en la misma frontera. Para ello, es recomendable ir a Nong Khai (al norte de Tailandia) y allí cruzar el Friendship Bridge, donde además de tramitar el visado para entrar en Laos, se puede cambiar dinero y conseguir Kips. Es muy fácil llegar desde ese puente a Vientiane gracias a los buses o taxis disponibles. De todas formas, cruzar el puente con la línea Thai-Lao International es mucho más rápido y más cómodo, también más barato. Por ejemplo, desde Khon Kaen a Vientiane el billete de bus solo cuesta 5€ y desde Udon Thai a Vientiane solo 2€. Desde Khon Kaen hay autobús disponible a las 7:15 y a las 15:15 cada día. Desde Udon Thani hay muchos más horarios: 8, 9, 10:30, 11:30, 14:00, 15:00, 16:30, 18:00, pero es imposible reservar, hay que ir a la taquilla el mismo día que se desea viajar. La taquilla de Udon Thani abre de 7 a 11:30 y de 13:00 a 18:00.

Desde mi punto de vista, Vientiane no es una ciudad, es un pueblo grande, donde escasean los edificios altos y  que recuerda, en cierto modo, a la camboyana Phnom Pehn ya que ambas comparten un pasado colonial francés, lo que significa que también en Vientiane se puede conseguir pan. Esto puedo parecer una tontería, pero para los que vivimos en Tailandia, donde el pan, el verdadero pan, escasea o prácticamente es imposible de encontrar, es una alegría encontrarlo en estos otros lugares durante los viajes.

He visitado Vientiane cuatro veces y su cercanía a Khon Kaen, mi ciudad en Tailandia, me hace pensar que esta no habrá sido la última. Vientiane tiene el encanto de ser una ciudad que todavía no ha sucumbido del todo al turismo, al contrario que su compatriota Luang Prabang, que pronto, si nadie lo evita, se convertirá en una auténtico parque temático para los “farangs” (nombre con el que por estos lares se llama a los turistas).

Vientiane, a orillas del río Mekong, tiene el paseo más agradable y más bonito que he visto junto al río, lo bastante amplio para que los transeúntes y los ciclistas puedan compartir espacio sin molestarse. Además, ese paseo a lo largo del impresionante Mekong tiene vistas a Tailandia. Ver Tailandia (mi casa ahora) desde Laos es toda una experiencia.

Laos tiene un encanto especial al ser un país donde todavía se guardan ciertas tradiciones a la hora de vestir. Por ejemplo, las chicas siguen utilizando las típicas faldas laosianas que de tan preciosas que son se han convertido en uno de los objetos más deseados por las turistas que visitan los mercados. Uno de estos mercados, el más importante de Vientiane, tiene lugar cada noche en el Riverside, donde cientos de puestos venden a precios realmente sorprendentes la artesanía local. A diferencia de los mercados tailandeses, este no es un mercado de comida, sino de objetos y ropa.

La que podríamos llamar “zona turística” de Vientiane se encuentra cerca del Riverside, y ahí se concentran la mayor parte de las guesthouses y hoteles de la ciudad. Conviene regatear el precio, la oferta hotelera supera con creces las necesidades de los turistas que va a alojarse allí y que probablemente no pasarán más de dos días en esta ciudad que a mí me parece que rebosa encanto pero que al turista medio poco tiene que ofrecerle a parte de algunos templos, la puerta que simula un arco del triunfo francés y el museo nacional.

Un hotel a buen precio y muy bien situado es el V Hotel, con habitaciones dobles con vistas al río por 20€ con desayuno incluido. Mucho más barato si NO se hace reserva por internet, sino que se va directamente al hotel.

Creo que visitar los museos que tiene una ciudad te ayudan a conocer mejor las posibilidades económicas del país. En el caso de Vientiane, el museo nacional es muy modesto. Algunos de los mapas expuestos parecen haber sido hechos en los colegios cercanos por los niños en alguna actividad de cortar y pegar, pero un conjunto de fotografía que allí se pueden ver sorprenden y llaman la atención por el mensaje que dan. En resumen, se ven fotografías donde se hace propaganda del régimen comunista que gobierna el país, como no podría ser de otra manera, y se muestra el horror de la dominación francesa primero y estadounidense después sobre la población laosiana, esclava de ambos colonizadores.

Uno de los lugares más interesantes que se pueden visitar en Vientian es la organización COPE. Esta organización ayuda a las personas que han sufrido heridas por la explosión de los millones de minas que siguen sin ser desactivadas en todo el territorio laosiano. Cientos de niños y trabajadores de los campos siguen siendo víctimas de las bombas que tiraron los ejércitos que por allí pasaron y que han convertido a Laos en el país con más territorio minado del mundo.

Vientiane ofrece además al turista una amplia variedad de restaurantes a estilo occidental. Así que no es difícil encontrar pizzas, sushi, hamburguesas o baguettes. Sin embargo, esto no desmerece la cocina laosiana, que similar a la tailandesa, resulta más saludable y ligera que la occidental, además, por supuesto, de infinitamente más barata.

Vientiane es, para mí, un remanso de paz desde el que embelesarse viendo las puestas de sol sobre el Mekong con Tailandia de fondo. ¿Hace falta más?

Por Merche.

1 comentario:

  1. A mucha gente no le gusta nada Vientián, pero yo disfruté de la visita y la recomendaría a cualqueira

    ResponderEliminar