Vientiane es oficialmente la capital de Laos desde que en 1899
los franceses la nombraran centro del protectorado francés de Laos. Antes
Luang Prabang era la ciudad más importante del país. A efectos prácticos y en
cuestiones turísticas, lo sigue siendo.
Vientiane es conocida por los turistas que desean permanecer
en Tailandia más tiempo del que su visado les permite, porque allí existe una
Embajada tailandesa donde se puede solicitar un nuevo visado turista, además de
los visados para trabajar en el Reino tailandés. Así que Vientiane es más famosa
por su cercanía a Tailandia que por ser la capital de Laos.
Aquí la moneda en curso es el KIP, con una equivalencia de
10.000 kip = 1€. Podemos hacernos una idea del poderío económico de Laos
sabiendo que el billete de más valor equivale a 5€, es decir, 50.000 kips.
Para llegar a Vientiane desde Tailandia es bien fácil, las
líneas de autobuses Thai-Lao International salen de distintas ciudades
tailandesas con destino a la capital laosiana. Es importante saber que para
poder subirse a este autobús es necesario tener previamente el visado que
permite la entrada a Laos. Para los españoles, el visado para entrar en Laos
puede solicitarse en la Embajada de Laos en Bangkok o también en los consulados
de Laos, como el de Khon Kaen, por un coste de unos 35€. También existe la
posibilidad de llegar a Laos sin visado y tramitarlo en la misma frontera. Para
ello, es recomendable ir a Nong Khai (al norte de Tailandia) y allí cruzar el
Friendship Bridge, donde además de tramitar el visado para entrar en Laos, se
puede cambiar dinero y conseguir Kips. Es muy fácil llegar desde ese puente a
Vientiane gracias a los buses o taxis disponibles. De todas formas, cruzar el
puente con la línea Thai-Lao International es mucho más rápido y más cómodo,
también más barato. Por ejemplo, desde Khon Kaen a Vientiane el billete de bus
solo cuesta 5€ y desde Udon Thai a Vientiane solo 2€. Desde Khon Kaen hay
autobús disponible a las 7:15 y a las 15:15 cada día. Desde Udon Thani hay
muchos más horarios: 8, 9, 10:30, 11:30, 14:00, 15:00, 16:30, 18:00, pero es
imposible reservar, hay que ir a la taquilla el mismo día que se desea viajar.
La taquilla de Udon Thani abre de 7 a 11:30 y de 13:00 a 18:00.
Desde mi punto de vista, Vientiane no es una ciudad, es un
pueblo grande, donde escasean los edificios altos y que recuerda, en cierto modo, a la camboyana
Phnom Pehn ya que ambas comparten un pasado colonial francés, lo que significa
que también en Vientiane se puede conseguir pan. Esto puedo parecer una
tontería, pero para los que vivimos en Tailandia, donde el pan, el verdadero
pan, escasea o prácticamente es imposible de encontrar, es una alegría
encontrarlo en estos otros lugares durante los viajes.
He visitado Vientiane cuatro veces y su cercanía a Khon
Kaen, mi ciudad en Tailandia, me hace pensar que esta no habrá sido la última.
Vientiane tiene el encanto de ser una ciudad que todavía no ha sucumbido del
todo al turismo, al contrario que su compatriota Luang Prabang, que pronto, si
nadie lo evita, se convertirá en una auténtico parque temático para los “farangs”
(nombre con el que por estos lares se llama a los turistas).
Laos tiene un encanto especial al ser un país donde todavía
se guardan ciertas tradiciones a la hora de vestir. Por ejemplo, las chicas
siguen utilizando las típicas faldas laosianas que de tan preciosas que son se han convertido en uno
de los objetos más deseados por las turistas que visitan los mercados. Uno de
estos mercados, el más importante de Vientiane, tiene lugar cada noche en el Riverside,
donde cientos de puestos venden a precios realmente sorprendentes la artesanía
local. A diferencia de los mercados tailandeses, este no es un mercado de comida,
sino de objetos y ropa.
La que podríamos llamar “zona turística” de Vientiane se
encuentra cerca del Riverside, y ahí se concentran la mayor parte de las
guesthouses y hoteles de la ciudad. Conviene regatear el precio, la oferta
hotelera supera con creces las necesidades de los turistas que va a alojarse allí y
que probablemente no pasarán más de dos días en esta ciudad que a mí me parece
que rebosa encanto pero que al turista medio poco tiene que ofrecerle a parte
de algunos templos, la puerta que simula un arco del triunfo francés y el museo
nacional.
Un hotel a buen precio y muy bien situado es el V Hotel, con
habitaciones dobles con vistas al río por 20€ con desayuno incluido. Mucho más barato si NO se hace reserva por internet, sino que se va directamente al hotel.
Creo que visitar los museos que tiene una ciudad te ayudan a
conocer mejor las posibilidades económicas del país. En el caso de Vientiane,
el museo nacional es muy modesto. Algunos de los mapas expuestos parecen haber
sido hechos en los colegios cercanos por los niños en alguna actividad de
cortar y pegar, pero un conjunto de fotografía que allí se pueden ver
sorprenden y llaman la atención por el mensaje que dan. En resumen, se ven
fotografías donde se hace propaganda del régimen comunista que gobierna el país,
como no podría ser de otra manera, y se muestra el horror de la dominación
francesa primero y estadounidense después sobre la población laosiana, esclava de
ambos colonizadores.
Uno de los lugares más interesantes que se pueden visitar en
Vientian es la organización COPE. Esta organización ayuda a las personas que han
sufrido heridas por la explosión de los millones de minas que siguen sin ser
desactivadas en todo el territorio laosiano. Cientos de niños y trabajadores de
los campos siguen siendo víctimas de las bombas que tiraron los ejércitos que
por allí pasaron y que han convertido a Laos en el país con más territorio
minado del mundo.
Vientiane ofrece además al turista una amplia variedad de
restaurantes a estilo occidental. Así que no es difícil encontrar pizzas,
sushi, hamburguesas o baguettes. Sin embargo, esto no desmerece la cocina
laosiana, que similar a la tailandesa, resulta más saludable y ligera que la
occidental, además, por supuesto, de infinitamente más barata.
Vientiane es, para mí, un remanso de paz desde el que
embelesarse viendo las puestas de sol sobre el Mekong con Tailandia de fondo.
¿Hace falta más?
Por Merche.
A mucha gente no le gusta nada Vientián, pero yo disfruté de la visita y la recomendaría a cualqueira
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