Por Ángel y Alicia, 26 de junio de 2.013
Al mirar por la ventana del camarote, entre el pequeño hueco
de visión que nos dejaba el bote salvavidas, solo se veía una enorme pared
rojiza, y un mar azul que me recordaba a la película Troya, seña de identidad del mar Egeo.
Estábamos en Santorini y era nuestro tercer día de Luna de Miel, al bordo del
buque Zenith de la compañía Pullmantur.
Un día más, tras haber visitado la isla de Mikonos, el
cruzero fondeaba a unos 3 Km de la costa, por lo que el traslado había que
volver a hacerlo en barcazas, hasta el puerto de Fira, capital de la isla y núcleo
principal de población. Después de un desayuno continental, en que nos metíamos
entre pecho y espalda un par de tostadas, huevos revueltos con chorizo, zumos
variados, pasteles y un cuenco de muesli, un paseíto en barca, con 25 grados ya
a las 9,00 de la mañana y esa mañana con algo de resaca, en día empezaba…
genial.
La noche anterior nos habían hablado de la isla, de sus
principales atracciones turísticas, recomendaciones, uso del transporte público
y alguna que otra curiosidad. El núcleo urbano de Fira está como a unos 500
metros de su puerto, pero la distancia horizontal es como de 100 metros, por lo
tanto te enfrentas a un desnivel del 500%. Hay dos vías de llegada hasta
arriba, nosotros elegimos una de ellas, un funicular en que por 4 € subes, sin
guardar cola, en aproximadamente minuto y medio. Las vistas cojonudas.... Sobre
la otra vía para llegar al pueblo ahora hablaremos.
Santorini es la “típica Isla Griega”, la isla griega de las
fotos, la de las cúpulas azules, paredes blancas y el mar azul de fondo. El
ambiente es totalmente isleño, la vida va más lenta, la gente es agradable,
acogedora, se vive totalmente del turismo. Tras un breve paseo, alquilamos una
moto y visitamos pueblecitos cercanos, tomamos fotos y compramos varios souvenir.
La hora de regreso al barco era a las 15,30, pero la última barca hacia el
buque sale del puerto a las 15,00h, y es la última!!! Alicia apura el tiempo que
nos queda en comprar un bonito bolso de recuerdo. Son las 14,05 h. Nos
dirigimos al funicular nuevamente, para regresar al puerto. Tenemos tiempo. Cual
es nuestra sorpresa, hay una cola infernal, al sol, a más de 35 grados. No
sabemos si nos dará tiempo. Optamos por la otra vía de llegada al puerto, más
arriesgada pero probablemente más rápida, LOS BURROS!!!!
Santorini es conocida por sus cúpulas azules sus casas
blancas y por los burritos. Los turistas suben y bajan por un camino escarpado,
con escaleras de piedra, a lomos de estos adorables animales, o bien andando.
Allá que nos dirigimos a ello, a probar una de las principales atracciones de
Santorini, pero optamos por hacerlo andando, pues no nos fiamos y nos da un
poco de lástima, pobre animalitos. Hacemos caso omiso a todo lo que nos dijeron
en el barco “olvidaros de los burros”… “coger el funicular”… “nunca bajéis por
donde los burros, y MENOS ANDANDO”. ¡¡Dos cojones!! Al empezar el descenso, nos
hacemos unas fotos con los burros, están todos paraditos en la pared,
supermonos, adorables, unos 30 o 35 burritos-“que exagerada es esta gente”-,
vamos bajando, sin más, disfrutando del paisaje, haciéndonos más fotos. Pero de
pronto aquellos adorables burritos que estaban allí parados, empiezan a bajar
corriendo detrás de nosotros, escalera abajo, SOLOS!!!!! Nos asustamos pero nos
reímos. Nos apartamos a un lado de la pared y pasan todos, no nos rozan,
UUUFFFF!!! Pasó. Seguimos bajando, 14:20 h, aquello se empezaba a empinar y el
piso se hacía más resbaladizo, nosotros en chanclas. Unos metros más adelante
más burros parados, ya no hubo fotos, seguimos bajando, temiendo que se
empezaran a mover también, y ocurrió, y no solo eso, que era predecible, a la
vez que estos bajaban, OTROS 30 o 35 SUBÍAN, Y TAMBIÉN SOLOS, Y NOSOTROS EN
MEDIO!!!!!!! Aquello ya no tenía gracia, las risas dieron paso al miedo. Mi temor
era que me pisaran un pie, o que no cupieran y me aplastaran, sabía que no nos
golpearían, porque están adiestrados (o eso pensábamos creo) pero NO VEÍAN, ME
PODÍAN PISAR Y APLASTAR UN PIE!!!!! Alicia iba detrás, cagada. Las 14:30 h, y
el puerto igual de lejos, NO LLEGABAMOS. Más y más burros, pa´rriba y pa’bajo,
el suelo era una pista de patinaje, el sol abrasador, el camino cada vez más
estrecho, y lo peor. Se ve que todos los burros excrementan en un mismo sitio y
recordamos unas palabras del Director de animación del Zenith de la noche
anterior “… y aquello es un CAMPO DE MINAS…” efectivamente, mierdas como tartas
de la Encarna, un handicap adicional, las 14:45 h y aquello no acababa… “en el
funicular hubiéramos llegado, tarde pero VIVOS!!!!!!!” Alicia no avanzaba, se
resbalaba, yo también, y los burros no paraban de subir y bajar, rozándonos,
había hasta que empujarlos para que no nos aplastaran con la pared. Opte por
coger a Alicia por la cintura, cerrar los ojos y empezar a correr escaleras
abajo. Ella no se caería, si caíamos, caíamos los dos y eso era menos probable.
Ya no me importaban las “minas” ni que las chanclas no agarraran y cayéramos,
nuestro objetivo era ya LLEGAR AL BARCO!!!. Las 14:50 h, últimos metros, ahí
estaban todos los pastores al final, a la sombra y los pobres burritos al sol
ligero de Grecia, subiendo y bajando gente. Llegamos a la barca a las 14:58,
última barca, desamarrando los agarres, nos montamos por los pelos. En la barca
risa nerviosa y satisfacción.
Tras esta experiencia dos recomendaciones: no visitar
Santorini en chanclas, y por supuesto NO bajar en funicular, BAJAR POR DONDE
LOS BURRITOS, ES UNA EXPERIENIA VITAL INIGUALABLE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Si queréis podemos quedar un día xa ir a los burritos de Mijas, así recordáis vuestra línea de miel!!
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