lunes, 23 de septiembre de 2013

Santorini... una experiencia animal



Por Ángel y Alicia, 26 de junio de 2.013

Al mirar por la ventana del camarote, entre el pequeño hueco de visión que nos dejaba el bote salvavidas, solo se veía una enorme pared rojiza, y un mar azul que me recordaba a la película  Troya, seña de identidad del mar Egeo. Estábamos en Santorini y era nuestro tercer día de Luna de Miel, al bordo del buque Zenith de la compañía Pullmantur.
Un día más, tras haber visitado la isla de Mikonos, el cruzero fondeaba a unos 3 Km de la costa, por lo que el traslado había que volver a hacerlo en barcazas, hasta el puerto de Fira, capital de la isla y núcleo principal de población. Después de un desayuno continental, en que nos metíamos entre pecho y espalda un par de tostadas, huevos revueltos con chorizo, zumos variados, pasteles y un cuenco de muesli, un paseíto en barca, con 25 grados ya a las 9,00 de la mañana y esa mañana con algo de resaca, en día empezaba… genial.
La noche anterior nos habían hablado de la isla, de sus principales atracciones turísticas, recomendaciones, uso del transporte público y alguna que otra curiosidad. El núcleo urbano de Fira está como a unos 500 metros de su puerto, pero la distancia horizontal es como de 100 metros, por lo tanto te enfrentas a un desnivel del 500%. Hay dos vías de llegada hasta arriba, nosotros elegimos una de ellas, un funicular en que por 4 € subes, sin guardar cola, en aproximadamente minuto y medio. Las vistas cojonudas.... Sobre la otra vía para llegar al pueblo ahora hablaremos.
Santorini es la “típica Isla Griega”, la isla griega de las fotos, la de las cúpulas azules, paredes blancas y el mar azul de fondo. El ambiente es totalmente isleño, la vida va más lenta, la gente es agradable, acogedora, se vive totalmente del turismo. Tras un breve paseo, alquilamos una moto y visitamos pueblecitos cercanos, tomamos fotos y compramos varios souvenir. La hora de regreso al barco era a las 15,30, pero la última barca hacia el buque sale del puerto a las 15,00h, y es la última!!! Alicia apura el tiempo que nos queda en comprar un bonito bolso de recuerdo. Son las 14,05 h. Nos dirigimos al funicular nuevamente, para regresar al puerto. Tenemos tiempo. Cual es nuestra sorpresa, hay una cola infernal, al sol, a más de 35 grados. No sabemos si nos dará tiempo. Optamos por la otra vía de llegada al puerto, más arriesgada pero probablemente más rápida, LOS BURROS!!!!
Santorini es conocida por sus cúpulas azules sus casas blancas y por los burritos. Los turistas suben y bajan por un camino escarpado, con escaleras de piedra, a lomos de estos adorables animales, o bien andando. Allá que nos dirigimos a ello, a probar una de las principales atracciones de Santorini, pero optamos por hacerlo andando, pues no nos fiamos y nos da un poco de lástima, pobre animalitos. Hacemos caso omiso a todo lo que nos dijeron en el barco “olvidaros de los burros”… “coger el funicular”… “nunca bajéis por donde los burros, y MENOS ANDANDO”. ¡¡Dos cojones!! Al empezar el descenso, nos hacemos unas fotos con los burros, están todos paraditos en la pared, supermonos, adorables, unos 30 o 35 burritos-“que exagerada es esta gente”-, vamos bajando, sin más, disfrutando del paisaje, haciéndonos más fotos. Pero de pronto aquellos adorables burritos que estaban allí parados, empiezan a bajar corriendo detrás de nosotros, escalera abajo, SOLOS!!!!! Nos asustamos pero nos reímos. Nos apartamos a un lado de la pared y pasan todos, no nos rozan, UUUFFFF!!! Pasó. Seguimos bajando, 14:20 h, aquello se empezaba a empinar y el piso se hacía más resbaladizo, nosotros en chanclas. Unos metros más adelante más burros parados, ya no hubo fotos, seguimos bajando, temiendo que se empezaran a mover también, y ocurrió, y no solo eso, que era predecible, a la vez que estos bajaban, OTROS 30 o 35 SUBÍAN, Y TAMBIÉN SOLOS, Y NOSOTROS EN MEDIO!!!!!!! Aquello ya no tenía gracia, las risas dieron paso al miedo. Mi temor era que me pisaran un pie, o que no cupieran y me aplastaran, sabía que no nos golpearían, porque están adiestrados (o eso pensábamos creo) pero NO VEÍAN, ME PODÍAN PISAR Y APLASTAR UN PIE!!!!! Alicia iba detrás, cagada. Las 14:30 h, y el puerto igual de lejos, NO LLEGABAMOS. Más y más burros, pa´rriba y pa’bajo, el suelo era una pista de patinaje, el sol abrasador, el camino cada vez más estrecho, y lo peor. Se ve que todos los burros excrementan en un mismo sitio y recordamos unas palabras del Director de animación del Zenith de la noche anterior “… y aquello es un CAMPO DE MINAS…” efectivamente, mierdas como tartas de la Encarna, un handicap adicional, las 14:45 h y aquello no acababa… “en el funicular hubiéramos llegado, tarde pero VIVOS!!!!!!!” Alicia no avanzaba, se resbalaba, yo también, y los burros no paraban de subir y bajar, rozándonos, había hasta que empujarlos para que no nos aplastaran con la pared. Opte por coger a Alicia por la cintura, cerrar los ojos y empezar a correr escaleras abajo. Ella no se caería, si caíamos, caíamos los dos y eso era menos probable. Ya no me importaban las “minas” ni que las chanclas no agarraran y cayéramos, nuestro objetivo era ya LLEGAR AL BARCO!!!. Las 14:50 h, últimos metros, ahí estaban todos los pastores al final, a la sombra y los pobres burritos al sol ligero de Grecia, subiendo y bajando gente. Llegamos a la barca a las 14:58, última barca, desamarrando los agarres, nos montamos por los pelos. En la barca risa nerviosa y satisfacción.  
Tras esta experiencia dos recomendaciones: no visitar Santorini en chanclas, y por supuesto NO bajar en funicular, BAJAR POR DONDE LOS BURRITOS, ES UNA EXPERIENIA VITAL INIGUALABLE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

1 comentario:

  1. Si queréis podemos quedar un día xa ir a los burritos de Mijas, así recordáis vuestra línea de miel!!

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