viernes, 13 de septiembre de 2013

Nueva York...ciudad de contrastes

Por Carmen.

Nueva York….Ciudad de Contrastes.
Destino Nueva York, Agosto de 2013.
Llevamos tiempo planeando un viaje a EE.UU. Finalmente nos hemos decidido: diez días, ocho en Nueva York, uno en Filadelfia y otro en Washington.
Cosas importantes para planear el viaje:
·         ¿MEJOR ÉPOCA PARA VIAJAR? Depende de lo que busquéis. En mi caso prefiero verano por que los días son más largos y no tienes que cargar con tanta ropa (además que siendo profesora tampoco tengo muchas más opciones).  El problema es que hay muchísima gente pero si te organizas bien puedes evitar las colas.  Entre primavera y otoño, mejor primavera. En Septiembre ya empiezan las épocas de lluvias y tormentas.

·         ¿CON QUÉ COMPAÑÍA VUELO? La compañía aérea que viaje directa a Nueva York desde Málaga y Madrid (8 horas) es Delta Airlines. El vuelo en los meses de Julio y Agosto sale entorno a los 900 euros, sí o sí. En Junio o Septiembre se pueden encontrar por la mitad.
·         ¿EN QUE ZONA BUSCO EL HOTEL? Nueva York son 5 barrios: Manhattan, Brooklyn, Queens, Staten Island y el Bronx. Sin duda el hotel debe estar en Manhattan, claro que todo Manhattan es lo que creemos que es Nueva York. La mejor zona en el Midtown; está céntrico, tienes cafeterías en todas las esquinas y supermercado (a partir de ahora “Pharmacy”) para comprar comida y agua, buenas conexiones de metro y no se queda muy desangelada por la noche.
Tened en cuenta que a los precios que contratáis los hoteles hay que sumarle las tasas de la Ciudad de Nueva York que son un 8,75% por habitación y que se paga en el hotel.
·         ¿TENGO QUE PEDIR PERMISO PARA ENTRAR? Con nuestro pasaporte español no hay problemas para ir a EE.UU de vacaciones. Si se supera el mes o dos meses (no lo recuerdo) sí que hay que pedir un visado. Pero para una semana o dos no es necesario.
Si es importante rellenar online e imprimir el ESTA (https://esta.cbp.dhs.gov/esta/application.html?execution=e1s1 ) . Son unos 14 dólares (14 dólares por todo el que entra en EE.UU…no está mal el negocio no?).

¿NECESITO SEGURO MÉDICO? Rotundamente sí. Of course, nuestra tarjeta sanitaria europea no sirve, así que deberéis contratar un seguro médico para viajes con alguna compañía. Lo normal es que no pase nada, pero pensad que cualquier visita la médico (esguinces, diarreas, fiebre...) os va a salir por un riñón si no lleváis seguro. Norteamérica es así!!

·         NEW YORK PASS. Es una tarjeta que puedes comprarla para un día, dos, tres o una semana y te permite entrar gratis y sin colas en las principales atracciones de Nueva York. Si la compras online (http://www.newyorkpass.com/Es/) y la recoges cuando llegues (por ejemplo en el Planet Hollywood de Times Square) te sale más barata que si la compras allí. Nosotros la compramos para 3 días (150 dólares), que sale más barata que para una semana (190 dólares. En tres días te da tiempo suficiente de ver las principales atracciones.
·         ¿CONTRATO EXCURSIONES? Todo el mundo que ha ido a Nueva York te dice “¿Vas a hacer la excursión de contrastes?”. Madre mía, acabas de esa pregunta hasta el moño.
Hay muchas agencias que venden excursiones “Alto y bajo Manhattan”, “Contrastes de Nueva York”, “Excursión al outlet  de Woodbury”, “Crucero por el Hudson o East River”, “Viaje en Helicóptero” o “Misa Gospell en el Harlem”. Los precios varían desde 50 a 90 dólares, exceptuando la del helicóptero que sale a unos 150 dólares los 15 minutos que dura el vuelo.
Desde mi punto de vista son un timo, porque exceptuando la del vuelo, a todas las demás se llega en metro (2,75 dólares), incluso la del outlet que está en Nueva Jersey hay un autobús que sale desde Penn Station y cuesta 15 dólares. Los cruceros están chulos, pero con la tarjeta New York Pass tienes varios incluidos.
·         ¿CÓMO ME COMUNICO CON CASA? No me preguntéis por qué, pero nuestros móviles no tenían línea (no sé si por culpa nuestra de no avisar a la compañía, aunque por Europa nunca hemos tenido problemas, o por que los móviles europeos allí no funcionan… no sé). Superimportante es desconectar en el móvil el tráfico de datos, si no cuando vuelvas vas a flipar con la factura.
Lo mejor es comprar una tarjeta para llamar a Europa en algún Deli. Nosotros compramos una de 10 dólares y nos duró toda la semana llamando todos los días a casa.  También aprovechad algunos sitios donde hay wifi gratis (Starbucks, Biblioteca Pública, museos…) para conectaros al Wasap.
Bueno, ya tenemos lo básico preparado: vuelo, ESTA, hotel y New York Pass. Vámonos que nos vamos!!!!!
DÍA 1: LLEGADA A LA GRAN MANZANA.
Nuestro vuelo sale de Málaga a las 11 de la mañana y llegamos a las 21 hora española, ah no, que ya tenemos que cambiar la hora, 5 horas menos (si no fuera porque llegamos hechitos  polvo después de 8 horas en el avión, pensaría que he rejuvenecido). Total, que las 15h ya estamos entrando en el JFK. ¿Nos vamos ya para New York? Que te lo crees tú!! Los americanos están enfermos con la seguridad por lo que después de venir reventaitos del vuelo te tiras una hora más en el JFK contestando preguntas tontas como “¿a qué has venido?”o “¿qué vas a hace en Nueva York?”, además de ficharte haciéndote una foto, cogiendo tus huellas y hasta un escáner de retina. Enfermos de verdad.
El JFK (y demás aeropuertos) está muy bien comunicado por metro con el centro de Manhattan, pero esta vez habíamos contratado un chofer que nos llevara directos al hotel porque después de todo el tute del vuelo no nos iba a apetecer ponernos a tortuguear para buscar el metro. La primera vez en nuestra vida que salimos del aeropuerto y vemos a un hombre con nuestro nombre en un cartelito. Qué nivel!!!
El chofer (un pedazo de negro simpaticón del Bronx que tuvo una vez una novia en un pueblo de la costa del sol… ¿qué pueblo?...Creo que era “binalmadina”…No me digas???? De allí venimos nosotros!!!!.  Jajajaja, el mundo es un pañuelo!!!) nos metió para acortar camino por el barrio pintoresco de Jamaica, Queens. Típico de películas y uno de los destinos de la “Excursión Contrastes”.

Llegamos al hotel, el NH Jolly Madison Tower, en la 48th con Madison Ave cerca de las 18h. Nos alojamos, refrescamos y a pesar de lo que nos apetece es acostarnos, cogemos nuestra mochilita y nos vamos a dar una vuelta por nuestro nuevo barrio, el Midtown; Estación Central, Bryant Park, Times Square, Broadway y Empire State.

A las 21h ya no podemos más con nuestros cuerpos y después de cenar un trocillo de pizza rápida, nos vamos al hotel.

DÍA 2: BAJO MANHATTAN; ESTATUA DE LA LIBERTAD, WALL STREET, CHINATOWN, LITTLE ITALY, SOHO, NOHO Y NOLITA.
Con el rollo del jet lag, a las 6h ya estábamos en planta, y a las 7,30h en la calle y desayunados. Hoy vamos a visitar el bajo Manhattan. Cogemos un metro que nos deja en Battery Park, abajo del todo. Antes de que se llene de turistas, cogemos el Ferry gratuito a Staten Island que pasa cerquita de la estatua de la Libertad. Es verdad que no para en ella, para eso hay cruceros que te llevan a la estatua y a Ellis Island (que también la ves desde el Ferry). Estos cruceros salen entorno a los 30 dólares, y por cierto también entran en la New York Pass.  
Lo del ferry es una pasada, porque a medida que te alejas de Manhattan se ven unas espectaculares vistas de Wall Street.

Una vez que llegamos a Staten Island nos bajamos y volvimos a coger un ferry de vuelta a Manhattan y nos disponemos a recorrernos el bajo Manhattan: Battery Park, Bowling Green con su Charging Bull (la estatua del toro de bronce que si le tocas los huevines te da suerte y prosperidad económica), Wall Street (que desde el 11S está cerrada al público. Lástima!!!), Federal Hall (donde Washington juró su cargo como presidente), la Trinity Chuch (una de las iglesias más antiguas de la ciudad), el World Trade Centre y zona Cero (donde ya tienen construido una de las cinco torres del nuevo proyecto) y, por supuesto, los grandes almacenes de Century 21 (una especie de Corte Inglés mezclado con un mercadillo y famosos por sus gangas). La verdad, que lo único que compramos porque sí que nos parecieron baratos, fueron calcetines y calzoncillos (qué triste!!!) 


Seguimos nuestro camino hacia Chinatown y…. nuestro primer rodaje de serie!!!!! Y nada menos que con el actor Matt Bomer de protagonista!!!! Total, que allí nos quedamos un rato y cuando vimos que eso cundía poco seguimos hacia Chinatown.
Que espectáculo es Chinatown….mira que hay chinos allí dentro. La pobre Little Italy ha quedado reducida a una calle (Mulberry st.) por la expansión oriental.

Teníamos decidido que almorzaríamos en Chinatown, pero la verdad, íbamos pasando por los “restaurantes”, si se pueden llamar así, y nos iba dando cada vez más fatiguita. Con lo que me gusta a mí la comida china española!!!!. Entramos en un supermercado chino en Canal St. para comprar agua y además de flipar con todos los productos que había, descubrimos un restaurante al final, limpito y con muy buena pinta. Uuummmm! Todavía puedo saborear esos tallarines fritos con gambas!!!!. Además, superbarato.

Seguimos subiendo hasta el SoHo (SOuth of HOuston st.), lleno de tiendas (Levis, Converse, Adidas…), carísimas todas. Luego nos metimos en el Noho (NOth of HOuston st) y NoLiTa (Noth of Little Italy). Qué tontos son estos americanos poniendo nombre, de verdad. Estos barrios son para pasear por ellos y perderte en sus tiendecitas.

Como estábamos un poco cansados, cogimos el metro hasta Times Square. Si Times Square impresiona de día, no te digo nada cuando cae la noche. Qué locura de plaza. Y siempre que íbamos había alguien medio desnudo cantando o para que te hicieses fotos. Estos americanos no están muy bien….

Antes de cenar nos llegamos a Bryant Park porque sabíamos que había un festival de cine al aire libre y ese día proyectaban E.T. Aquello estaba a reventar, pero fue un espectáculo ver la mítica película rodeada de edificios iluminados en pleno corazón de Nueva York.

Finalmente nos fuimos para el hotel y por el camino entramos en una especie de bar irlandés y cenamos una supermega hamburguesa.

DÍA 3: PRIMER DÍA DE NY PASS: GUGGENHEIM, MET, UPPER EAST SIDE, FIFTH AVE., EMPIRE STATE

Amanecemos temprano, el jet lag es lo que tiene. Hoy vamos a empezar a usar nuestra tarjeta New York Pass. Tenemos tres días para usarla. Sólo podemos entrar en cada atracción o museo una vez, pero no tenemos límite de en cuántos podemos entrar en el día. En parte hemos tenido suerte, porque al ir a recoger las tarjetas en el Planet Hollywood, no tenía de 3 días, por lo que nos han dado, a cada uno, una de dos días y otra de uno. Así que si queremos podremos repetir.

Una vez desayunados cogemos el metro hasta el Guggenheim. No abrían hasta las 10h, pero a las 9,30h ya estábamos haciendo cola para no pillar mucha gente dentro. El edificio es precioso, por dentro y por fuera. La colección, si no fuera por las salas dedicadas a Kandinsky (impresionantes), diría que es un timo. Qué le voy a hacer, así de ceporra soy yo. No aguantamos en el museo ni media hora. El guardia de seguridad se reía cuando nos vio salir a las 10,25h. En fin…Ya que estábamos en el Upper East Side, dimos una vuelta por el barrio y fuimos directos al famoso Papaya King (esquina de la 86th con la 3rd Ave.). Increíbles los perritos. Dos perritos y un zumo de papaya natural (fresquito, fresquito), 5 dólares. No tenéis franquicia en Benalmádena?
Volvimos hacia la 5th Ave. para entrar en el MET (también con la New York Pass). El MET es primo hermano del British. Qué mangutas son estos americanos. Lo que más nos gustó del museo es la terraza de la cuarta planta donde, además de tener wifi, tienes unas vistas espectaculares de Central Park. Ahí sí flipamos un poco.
A la salida seguimos bajando por el Upper; Blomingdale, la cafetería de Serendipity, tiendas pijillas… y acabamos comiendo en un restaurante que nos recomendaba un artículo que llevaba de las mejores hamburguesas de NY llamado P.J. Clarke´s (913 de la 3rd Ave.). Una pasada el local de los años cincuenta e increíbles las hamburguesas. Totalmente recomendable.
Una vez con la pancita llena, volvimos a la 5th Ave. dispuestos a recorrerla entera. Entramos en la tienda Apple, juguetería Fao, Tiffany´s, tienda Nike… todo para no comprar nada, pero así somos nosotros, que hasta el último día no compramos nada.

Seguimos bajando la quinta avenida hasta llegar al Empire State. Oye, cómo impresiona siempre que lo ves. Eran cerca de las 20h, hora perfecta para subir, ya que puedes ver anochecer la ciudad. No sé por qué no pillamos cola y pasamos prácticamente de tirón. Qué suertudos. Con la New York Pass sólo te permiten subir a la planta 86, si quieres subir hasta la 102 lo tienes que pagar a parte. Pepe con su vértigo tiene bastante con la 86. Arriba, a parte del millón y medio de personas concentradas en la terraza del Empire State, se ven unas impresionantes vistas de la ciudad. Cogimos como pudimos un buen sitio pegado a la valla y de ahí no nos movimos hasta que se hizo de noche. Qué espectáculo. Cuántas bombillas. Qué de gente metida en los edificios. Cuánta actividad hay en la ciudad.
 Al bajar, pasamos por un “Pharmacy” (supermercado) y compramos ensalada y fruta para compensar el exceso de grasas saturadas y nos fuimos al hotel a descansar. Anda sí, que nos lo merecemos.

 DÍA 4: MUSEO DE HISTORIA NATURAL, UPPER WEST SIDE, LINCON CENTRE, BICIS EN CENTRAL PARK, TOP ON THE ROCK, ROCKEFELLER CENTRE, 6TH AVENIDA.

Como siempre nos despertamos pronto, desayunamos y cogemos el metro hacia el Museo de Historia Natural. Cuidadín, cuidadín, que nos montamos en un metro rápido o express que no para en todas las paradas de la línea y cuando nos quisimos dar cuenta, paso por delante de la parada del Museo sin parar y nos llevó hasta el Harlem. Pues nada, a coger otro para atrás, a ver si hay suerte y no es de los rápidos. Bien! Hemos acertado esta vez!

En el museo tampoco hicimos colas por llevar la New York Pass. Viendo las colas que se forman dedicamos cinco segundos a besar nuestras tarjetas. El museo es enorme, hay cosas que merecen la pena y otras que son un rollo. Aquí me las doy de entendida, para algo soy profesora de biología. La verdad que llega un momento en el que tanto animal disecado empieza a cansar. La parte del planetario, que para mí era lo más interesante, estaba cerrada. Lástima!

Cuando salimos nos metimos por el Upper West Side, intentando buscar la casa de Ted y Marshall y el McLaren.  Como no los encontramos, fuimos al edificio Dakota (donde vivía John Lenon, donde sigue viviendo Yoko Ono y donde se rodó “La semilla del diablo”) y buscamos el Gray´s Papaya (72th con Amsterdam Ave., competencia del Papaya King). Igual, dos perritos y un zumo de papaya, 5 dólares. Nos gustó más el del East.
Continuamos bajando por Columbus Ave., hasta llegar al Lincon Centre, donde por cierto, también hay wifi gratis.
Luego seguimos bajando por Broadway hasta llegar a la entrada sur de Central Park, donde nuestras
maravillosas tarjetas New York Pass nos invitaban a 3horas de bicicleta para recorrer Central Park (esquina de la 57th y la 7th Ave.). Nos recorrimos todo Central Park, 10 km, oye que se dice pronto después de llevar todo el día andando, y que Central Park no es llanito, eh?. Tardamos una hora en hacerlo y… nos encantó, la verdad. Dentro del parque hay piscinas, campos de béisbol, lagos, puentes, pistas de tenis… Espectacular. Nos gustó mucho el cambio del parque según con que barrio lindase; la pijería de la zona que pega al Upper East Side y el encanto afroamericano de la parte norte que pega al Harlem.

Cuando dejamos las bicis, a eso de las 16 de la tarde, volvíamos a tener hambre. Tonta de mía, como estábamos en la 7th Ave., pensé que podíamos acercarnos a Carnegie Hall, restaurante que recomienda Florentino Fernández en Planeta Finito. No vayáis, huid, alejaos!!!! La comida es malísima y carísima, y encima, el cabrón del hindú (no por ser racista, pero el camarero era hindú, qué le hago yo, ni punto de comparación con su primo hindú de Invernes que nos preparó unos huevos revueltos buenísimos) nos obliga a pagar 7, 9 o 14 dólares de propina. O sí o sí. Ahora, él nos deja elegir cuánto. Qué fatiga y que ansia. La comida más mala y cara (60 dólares!!!!) con diferencia de todo el viaje.

Después de acordarnos unas pocas de veces de Florentino Fernández y de su familia y de blasfemar un poco acerca de nuestro querido camarero (a Pepe le encanta blasfemar), subimos al Top on the Rock del Rockefeller Centre (también gratis con la New York Pass). Mejor de día, para ver Central Park. Impresionante la vista del Empire State. Sólo, en medio de Manhattan, dominando la ciudad.

Al bajar, nos fuimos por la 6th hasta Macys. Pedid el descuento del 10% en atención al cliente. Le echamos el ojo a los Levis (a 30 euros), pero ya sabemos que nosotros no compramos hasta el final del viaje, así que ahí se quedan. Buscamos una “Pharmacy”, compramos ensaladas y fruta, y al hotel a dormir.
DÍA 5: EMPIRE STATE, BIBLIOTECA PÚBLICA, MOMA, CHELSEA, HIGH LINE, CHRYSLER BUILDING, NACIONES UNIDAS
Como teníamos dos tarjetas de la New York Pass, una de dos días y una de uno, hoy empezamos a usar la de un día, por lo que podemos repetir de nuevo en lo que queramos. Por ello, a primera hora estamos en el Empire State para ver las vistas de día. Está nublado. No hay cola apenas, y la poca que hay se va cuando nos avisan de que no hay visibilidad arriba por las nubes y tormenta. Nosotros como no tenemos nada que perder porque ya hemos subido decidimos entrar. Una vez arriba, casi solos, es verdad que nada tiene que ver con las vistas de unos días atrás, pero también tiene su encanto ver la ciudad cuando llueve oye.
A la salida, con los chubasqueros puestos porque chispea de vez en cuando, nos vamos hasta la biblioteca pública. Es preciosa. No tengo queja con el resultado de mis oposiciones, pero si me las hubiese tenido que sacar en una biblioteca así hubiese madrugado encantada todos los días!

Luego seguimos subiendo hasta el MoMa. Madre mía que cola!!! Claro, son ya las 11,30 de la mañana y chispea. Menos mal que nos damos cuenta de que, una vez más, no tenemos que hacer cola con nuestra tarjetita. Esta vez no la besamos, ahora le hacemos la ola.

El MoMa está entretenido, aunque solo es interesante las últimas dos plantas donde hay obras conocidas: La noche estrellada de Van Gogh, Las Señoritas de Aviñón de Picasso, La Persistencia de la Memoria de Dalí el Interior holandés de Miró. Además de las Latas de sopa Campbell y Marilyn Monroe de Andy Warhol (vaya timo, por cierto).
Cuando salimos nos disponíamos a cruzar el barrio de Hell´s Kitchen y llegar hasta los muelles para hacer un crucero por el río por cortesía de la New York Pass, pero estaba chispeando y no nos apetecía hacer el crucero lloviendo. Así que cogimos un metro y nos bajamos al Greenwich Village. Recorrimos sus calles, llegamos al edificio de Friend (Grove con Bedford) (qué chiquinino  es) y a la Washington Square con su arco y fuente. Qué barrio más agradable y acogedor. Podría vivir aquí oye.

Comimos en el Village y nos acercamos andando (Nueva York está hecha para andar, no para coger metros o buses) al barrio de Chelsea. Nada más llegar entramos en el Chelseamarket. Un mercado, algo alternativo, localizado en un antiguo almacén de galletas. Chulísimo. Desde el Chelseamarket se puede subir al parque de High Line. Se trata un parque diferente localizado en una antigua vía de tren que pasa por encima del barrio. Es estrecho (como mucho tres metros de ancho), pero tiene una longitud de más de 2 km. Totalmente recomendable. No es muy turístico, por lo que te da la sensación de hacer algo totalmente americano y especial. Empieza cerca de la 12th y termina en la 34th. Como estábamos cerca nos llegamos al Madison Square Garden. Lo vimos por fuera. Es feo. Hacer tours por dentro, pero sin partido de la NBA tiene que perder mucho.

Volvimos a Macys, compramos nuestros Levis, los dejamos en el hotel y nos acercamos al edificio Chrysler. Es una pena que no se pueda subir porque es uno de los edificios más bonitos de la ciudad. Ya que estábamos nos acercamos al edificio de las Naciones Unidas. Bueno, un edificio más.

A la vuelta al hotel compramos ensaladas y sándwich en un Pret a manger y regresamos al hotel.
DÍA 6: PHILADELPHIA Y VISITA A WASHINGTON NOCTURNA

A las 8 de la mañana ya estábamos en el hotel Pensylvania. Teníamos contratado desde España una excursión a Philadelphia y Washington con noche en esta última.
Nos montamos en el autobús, y después de tres horas de viaje, una parada y varios monólogos de nuestro guía dominicano Mejías, llegamos a Philadelphia.
Qué tranquilidad de ciudad. No hay ruido, ni edificios altos, ni aglomeraciones. Podría vivir también Philadelphia.
Esta ciudad está cargada de historia. Como es una excursión organizada, como chinitos, nos llevan a dónde está la campana de la libertad, donde cosieron la primera bandera del país, el primer banco americano y la tumba de Franklin. Por supuesto subimos las escaleras del museo de arte, las de Rocky, cantando “tinoniiiiiii tinoniii….”

Personalmente prefiero descubrir la ciudad por mí misma, pero es verdad que un día para Philadelphia y otro en Washington, no íbamos a ver ni la mitad de lo que vimos. Además, Mejías resultó, a pesar de ser un poco pirata, un guía que nos contaba toda la historia de lo que íbamos visitando.

Después de almorzar (mejor y más barato que en NY), continuamos el viaje hasta Washington.  Llegamos más tarde de lo previsto y nos ofrecieron una visita nocturna por Washington y sin pensarlo nos apuntamos.

Washington es una ciudad diseñada para ser la capital de la nación y eso se nota. Los monumento a los presidentes son impresionantes. Visitamos la catedral, el Memorial a Lincon, el de Jefferson, el obelisco y capitolio. Subimos hasta Georgetown (si podéis tenéis que pasear por este barrio universitario y pudiente), entramos en la universidad católica privada (donde nuestro encantador príncipe azul estudió, gratis no? Aaahhmmm….), las escaleras de la película del Exorcista, el palacio de congresos, los edificios Watergate y una fuente muy chula con muchos chorros.
Llegamos al hotel reventados….cena rápida y a dormir.

DÍA 7: WASHINGTON

Hoy era el día fuerte de Washington. Problema: hoy es el 50 aniversario del discurso de Martin Luther King y aquello está petadísimo de afroamericanos. Menos mal que lo visitamos anoche.

Volvimos a hacer la visita de anoche pero incluyendo la Casa blanca, estatua a Einstein, el monumento de Iwo Jima, cementario de Arlington, el Pentágono, el Smithsonian y el Museo del aire y espacio. Sobre la dos salimos para Nueva York.

Llegamos sobre las 18 y bastante cansados de tanto bus, pero después de soltar las mochilas en el hotel bajamos por Broadway hasta ver el original edificio del Flatirion. Qué paranoia de edificio.

Más tarde, después de subir a un bar que hay en una terraza con unas vistas impresionantes al Empire State, regresamos al hotel a descansar.

 DÍA 8: MISA GOSPELL, BRUNCH, CENTRAL PARK, REY LEÓN Y EL RESPLANDOR.

Hoy toca un día típico americano.
A las 8 de la mañana ya estamos en el metro de camino al Harlem para ver una misa Gospell. Hay agencias que organizan estas excursiones, pero te cuesta 50 dolares, a diferencia de los 2,75 que cuesta el metro y que te deja en la misma puerta. Harlem al principio da miedo, pero cuando estás allí ves que es un barrio más de la ciudad, eso sí, con muchos afroamericanos, pero que es más auténtico si cabe que el bajo Manhattan. A mí me encantó.
Iglesias para ir a misa hay muchas. Nosotros conocimos a unos franceses en el metro y fuimos con ellos a la First Corinthian Baptist Church (en 1912 de Adam Clayton Powell Jr.), un antiguo teatro transformado en iglesia. En general tienen dos servicios; uno a las 8,30 y otro a las 11,30 de la mañana. Es mucho mejor el primero que el segundo, ya que entramos sin problemas, había sitio libre y no había tantos turistas. Al salir, había unas colas (cola para entrar en la iglesia, sí) impresionantes en todas las iglesias de turistas para entrar en la misa de las 11,30, y corres el riesgo de quedarte sin sitio.
La misa es un espectáculo. Cada vez cantaban me emocionaba y lloraba. No podía parar de llorar!!!! Había hasta una mujer repartiendo pañuelitos. La misa duró 2 horas y media y se me hizo corta. Es más, a la salida le pregunté a Pepe si quería que entrásemos en la de las 11,30 también. Si me viese mi abuelo se le caían dos lágrimas como puños.
A la salida nos dirigimos, a través del Morningside Park, a la catedral de San Juan el Divino.
Oye, que es la hora del brunch!! Buscamos en nuestra guía, y nos recomienda uno que está justo al lado nuestra. “Community fodd and juice” (2893 de Broadway). Pedid, por favor, las torititas con salsa de arándanos. Madre mía….
Como hasta las 3h no teníamos que estar en el musical del Rey León en Times Square, decidimos, como burros que somos, bajar hasta Times Square andando y atravesar Central Park. Llegamos sudando, pero llegamos.
El musical fue alucinante, qué voy a decir. Sacamos las entradas un par de día antes en la misma taquilla. Pillamos unos asientos que quedaban libre por 70 euros cada uno. Más baratos que en Madrid. Se pueden sacar también en la ventanilla de Tickets que hay en Times Square (bajo la escalera roja), pero siempre hay colas y tienes que sacarlas para ese mismo día y para el musical que haya, con lo que te tienes que conformar con lo que haya y no puedes planificarlo.

A la salida, comimos algo rápido y compramos comida para irnos de picnic a Central Park, que a las 20 ponían El Resplandor en una súper pantalla. Nos fuimos para allá a las 18,30, para coger sitio. Fue una experiencia inolvidable ver a Jack Nickolson rompiendo puertas en el famoso parque neoyorquino.

Al terminar, al hotel a dormir, que ya está bien por hoy.

DÍA 9. CONEY ISLAND, EAST VILLAGE, TRIBECCA Y PARTIDO DE LOS METS
Hoy cogemos un metro hasta Coney Island. Después de 40 minutos llegamos por fin a nuestro destino. Qué lugar tan pintoresco! Paseo marítimo al estilo de los Vigilantes de la Playa, playas enormes y el mítico parque de atracciones. Te da la sensación de estar en otra época, como si de un momento a otro alguien va a gritar si queremos pasar a ver a la mujer barbuda o el niño elefante.

Después de pasear un rato por allí y comernos un perrito en el famoso Nathan´s, volvemos a coger el metro hasta el East Village. Paseamos por sus esperpénticas calles llenas de tiendas de complementos de cuero con púas y de tatuajes. Pasamos por la primera casa de Madona en la ciudad y volvemos a Washington Square para comer en un italiano que nos recomienda la guía llamado “Otto enoteca pizzaria” (1 de la 5th Ave.). Riquísimo y barato, sobre todo si comes con agua que te la ponen todo el tiempo de gratis.
Volvemos a subir a Broadway en busca de una tienda friki de cómics, “Forbidden Planet” (832 de Broadway) y acabamos subiendo por Park Ave hasta el hotel para darnos una duchita y tirarle para Flushing Meadows. ¿Para ver el US open? Noooo, para ver el partido de béisbol entre los Mets y los Phillips!!! (40 euros la entrada que sacamos en la recepción del hotel).

No entendemos mucho de béisbol, pero no importa, poco a poco nos vamos haciendo con las reglas del juego, y si no, nos la inventamos. Estos americanos lo hacen de todo un espectáculo; cantan el himno (todos de pie con la mano en el pecho, vaya, como aquí), la cámara del beso, musiquilla para animar, gente vendiendo perritos y nachos, bailes de la mascota y hasta animadoras que tiran camisetas con cañones (sí!!! Como la que mató a la mujer de Ned Flanders!!!).
Y al terminar cogimos el metro hasta casa (sí, ya la llamamos casa).

DÍA 10: BROOKLYN, PROSPECT PARK, WILLIAMSBURG, DUMBO, PUENTE DE BROOKLYN.
Último día…mañana nos vamos.
Hoy toca Brooklyn. Después de desayunar cogemos un metro hasta Prospect Park. Qué bonito el parque. Nos gustó incluso más que Central Park. Hay menos gente, la vegetación es más salvaje (de hecho nos perdimos en el parque) y no hay turistas.

A la salida, fuimos encaminando hacia la 5th Ave. de Brooklyn y paseamos por varias calles con casitas unifamiliares típicas americanas. Oye, qué encanto tiene este barrio! Es mucho más tranquilo, auténtico y americano que Manhattan. La quinta avenida está llena de barecitos y restaurantes originales con una pinta increíble.

Decidimos acercarnos a Williamsburg, pero cuando nos bajamos del metro nos dio mal rollo la zona. Muy sucia y dejada. Williamsburg se supone que es el barrio en auge y el de los pijiguays. Pues ya podían limpiarlo un poco!!!.
De allí cogimos otro metro hasta Dumbo (Down of Manhattan Bridge, ya sabemos lo molones que son los americanos en poner nombres). Este barrio está a las puertas del Brooklyn bridge que une el barrio con Manhattan. Os podéis imaginar las vistas que hay. El barrio está lleno de edificios que eran antiguas fábricas o almacenes convertidos ahora en carísimos lofts.

Después de hacernos miles de fotos, cruzamos el puente de Brooklyn. El puente es precioso, la verdad. Al cruzarlo, la idea era coger un metro hasta el hotel, pero como era nuestro último día nos daba pena encerrarnos en el metro, así que decidimos llegar al hotel paseando y despidiéndonos poco a poco de la ciudad (y para entrar en las tiendas!).


DÍA 11: COMPRAS Y VUELTA A CASA.
Hasta las 22 de la noche no sale el vuelo a Málaga, pero a las 17 nos vienen a recoger para llevarnos al aeropuerto, así que tenemos toda la mañana y parte de la tarde para comprar recuerdos para todo el mundo.
Llueve en Manhattan, pero eso no nos impide llegar hasta Times Square para comprar en Quicksilver, o llegar hasta la 5th avenida para comprar los ipads que me han encargado, o llegar hasta la tienda Nike a comprarme mis zapatillas bonitas (a mitad de precio español).
Comemos un hamburguesón con 300g de grasa (es la última!!!), nos tomamos nuestro último capuchino y ya estamos camino del aeropuerto.

 Han sido diez días inolvidables en los que la cultura americana nos ha enamorado (llámenme Latiffa a partir de ahora). Esta gente lo hace todo a lo grande y se sienten orgullosos de ello (como en España no?) Todavía no hemos dejado el país y ya estamos planeando nuestra próxima visita, esta vez a la costa oeste, porque no sé cuando, pero volveré….





1 comentario:

  1. Lo mejor del viaje ha sido, con mucha diferencia, la guía que Carmen había preparado. No nos hemos dejado nada atrás y nos han encantado muchas de las costumbres de ese país.

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