martes, 10 de septiembre de 2013

Phnom Pehn... la ciudad desconocida

Por Merche.

Phnom Pehn es una ciudad bastante desconocida para muchos turistas que vienen a pasar unas semanas por el Sudeste Asiático. Sin embargo, hay que reconocer que Camboya es más que Angkor Wat y que una parada en Phnom Pehn merece mucho la pena.

Phnom Pehn es una ciudad peculiar, donde puedes pagar con dólares americanos y te devolverán tanto dólares como rieles camboyanos ya que ellos manejan ambas monedas. Es una ciudad donde puedes encontrar calles inundadas sin que haya llovido. Cuando llueve, y eso es bastante frecuente, las calles se convierten en piscinas donde los niños juegan tan felices o las mujeres aprovechan para lavarse el pelo con el agua de lluvia. Su estupenda oferta gastronómica, khmer e internacional, no tiene nada que envidiarle a la de las otras grandes urbes de esta zona del planeta, y sobre todo, quizás sea la única capital que aún guarda la aunténtica esencia asiática y donde la globalización no ha metido todavía por completo sus zarpas.

Aquí dejo una pequeña guía para pasar 4 días en Phnom Pehn conociendo un poco más de la vida camboyana.

DÍA 1

Es fácil llegar a Phnom Pehn desde Bangkok. Por un módico precio,  AirAsia  te lleva en poco más de una hora a la capital de Camboya. También existe la posibilidad de llegar en autobús, pero merece la pena evitar las carreteras camboyanas y más de 15 horas de bus si se tienen unos 80€ que es lo que te puede costar un vuelo de ida y vuelta de Bangkok a Phnom Pehn.

El medio más utilizado en Phnom Pehn para ir de un lugar a otro de la ciudad es el tuk-tuk (moto con carrito) o motodop (moto-taxi). Ahora se están empezando a ver los primeros taxis, pero no son muy numerosos, mientras que tuk-tuk o motodos puedes encontrar en cualquier esquina. El precio de los motodop es más barato que el tuk-tuk, pero siempre hay que regatear y es recomendable llevar el dinero justo para pagar, si no, es posible que, casualmente, no tengan cambio.



 La hora de la cena en Phnom Pehn se adelanta con respecto al horario occidental, por eso, a partir de las 7 ya se puede disfrutar de un Ban Xeo o una sopa tradicional Khmer en algunos de los restaurantes locales en los que pocas veces se verá a un turista.


 Si hay tiempo, y alguna obra anunciada, recomiendo encarecidamente asistir a una obra de teatro típico camboyano que cuenta las historias de los reyes antiguos.

Asistir a una actuación así es una experiencia inolvidable. Los trajes de los actores, las coreografías y la impresionante esconografía hacen las delicias de un público que pocas veces es más numeroso que el elenco de actores.


Para acabar la noche, es una gran idea pasear por Riverside disfrutando de la brisa que corre cerca del río y del imponente Palacio Real iluminado. También es buena opción embelesarse con las vistas desde alguna de las terrazas de los edificios cercanos al paseo. Esto sí es zona de turistas con muchos bares de copas y también muchos restaurantes de estilo occidental.



DÍA 2

Un desayuno khmer te puede dar energía para aguantar los calurosos días en Phnom Pehn. Los franceses dejaron su rastro en Camboya por medio de su baguette, y eso es de agradecer. Un buen desayuno a base de café camboyano (con leche condensada) y baguette con algo parecido al paté, más algo parecido a jamón york, más tomate verde y pepino es difícilmente superable.

Por la mañana, y antes de que comience la hora fuerte de calor a eso de las 11, una visita a Toul Sleng, el lugar de tortura de tantos camboyanos que cayeron en  manos de los Jemeres Rojos allá por el año 1975, nos acercará más a la historia reciente de Camboya, a una historia muchas veces silenciada de la que el mundo parece haberse olvidado y que conviene recordar para evitar por todos los medios que pueda volver a ocurrir. En este "lugar del horror" podemos encontrar las camas y las herramientas con las que torturaban a los prisioneros para sacarles información que, muchas veces, ni tenían. Quizás lo más chocante es la exposición de fotografías donde se muestra la cara de horror de esos prisioneros que posteriormente iban a ser torturados. A los Jemeres Rojos no se les olvidó tomarles una última foto y allí están todas expuestas. Para profundizar más en la historia se puede asistir a la proyección de un documental en una de las salas del Edificio D del recinto a las 10 de la mañana y, si se tiene suerte, quizás se pueda conocer a unos de los supervivientes que va con cierta frecuencia a visitar el recinto y promocionar su libro en el que cuenta sus vivencias en una de las celdas de Toul Sleng.





Tras reponer fuerzas después de visitar un sitio tan espeluznante, nada mejor que saborear alguna de las estupendas frutas que se nos ofrecen en los mercados callejeros de la ciudad: mangosteen, dragon fruit, durian, lychees, mango, piña, papaya o un refrescante coco nos ayudarán a soportar las altas temperaturas y evitar la deshidratación.

Para almorzar, quizás conviene visitar un restaurante al estilo occidental con una amplia carta y unas lasañas más que deliciosas como es el Jars of Clay. Un lugar fresco, cómodo, acogedor y con una buena cocina ¡qué más se puede  pedir! Quizás para tomar el café de la tarde vale más la pena acercarse a cualquier barecito khmer.

La tarde podría completarse con un masaje especial en un lugar donde los masajistas son ciegos y que además está extremadamente limpio. El trato tan exquisito y la profesionalidad de los masajistas hacen que te sientas tan bien que no te importaría repetir al día siguiente. Este lugar se llama Seeing Hand Massage, está abierto desde las 8 de la mañana a las 9 de la noche y se encuentra en No. 234, St. 63 Sangkat Boeung Keng Kong I. Cerca del cruce de la calle 360 con Monivong Boulevard. (Teléfono: 012985012)

Para cenar, de nuevo comida khmer, por ejemplo en el restaurante Savanna donde ponen unos filetitos de cerdo con pimienta exquisitos y un Morning Glory (verduras con ajo picado) excelente. En este bar llama la atención como las chicas que promocionan las cervezas no paran de acercarse a las mesas para convencer a los clientes de que consuman la cerveza que ellas recomiendan, así se ganarán la comisión correspondiente. Por desgracia, estas chicas tienen que aguantar las exigencias de algunos hombres que las "invitan" a una cerveza con tal de que se sienten un rato en su mesa. Dicen por ahí que de tantas invitaciones a las que tienen que hacer frente estas pobres chicas que no lleguan a los 40 kg de peso, se convierten fácilmente en alcohólicas.

DÍA 3

Un buen desayuno khmer para empezar el día con una visita a la Aldea de la Seda. El camino es un poco largo ya que hay que atravesar el río en ferry, pero merece tanto la pena el destino como el recorrido donde se puede visitar, de paso, un gran templo dorado y se puede disfrutar de la vida del Phnom Pehn más rural.

El almuerzo para este día puede estar reservado para visitar uno de los lugares más emblemáticos e interesantes de Phnom Pehn, su mercado central. Un gran edificio amarillo restaurado hace poco más de 4 años y que con su arquitectura modernista consigue que dentro del recinto la temparatura sea unos cuatro grados más baja que en el exterior. Allí, todo tipo de comida está disponible: pescado, marisco, carne, fruta... la oferta es inmensa y costará trabajo elegir. Quizás unos tomates rellenos, quizás unas costillas, quizás una sopa de algas... ¡qué difícil! Lo único fácil es sentarte en cualquiera de los puestos llevando comida de todos los puestos donde la hayas comprado y al final pagar a cada uno lo suyo.

Por la tarde, si la lluvia no se presenta, una visita al Estadio Olimpico resulta más  que recomendable. Miles de camboyanos van ahí a pasar la tarde haciendo aeróbic, jugando al voleibol con las reglas que ellos mismos inventan, al fútbol esquivando el póster de luz en el centro del campo o simplemente paseando por la pista de atletismo. Un refrescante vaso de caña de azúcar exprimida puede ayudarte a pasar una tarde más agradable si cabe.

Por la noche, ¿qué tal una pizza? Es difícil encontrar buenas pizzerías en Asia, pero en Phnom Pehn sí hay un buen restaurante donde ponen unas pizzas tan grandes que con una tienes para dos personas. ¡Deliciosas! Eso sí, conviene llegar pronto, más tarde de las 7 será difícil encontrar sitio. Si quedan ganas de postre, un helado casero de coco, durian o passion fruit en el Russian Market puede resultar una delicia para acabar la noche.

DÍA 4

Por la  mañana, no está mal adentrase en las entrañas del Russian Market en busca de souvenirs, ropa barata, zapatillas New Balance o Nike a precio de saldo o quizás picotear unos rollitos o unos noodles en algunos de los puestos. Aquí los vendedores no son excesivamente amables, quizás los pocos turistas que llegan a Phnom Pehn pasan todos por allí intentando regatear unos centimillos al llavero que se quieren llevar a casa.

Para almorzar, comida indonesia sin salir de Camboya ¡vaya lujo! En el restaurante Sumatra se pueden degustar unas berenjenas balado o un pollo balado tan picante como sabroso.

Si podemos alargar la visita hasta por la noche, quizás una cena en el Night Market compartiendo esterilla en el suelo con los camboyanos podría ser la guinda del pastel del viaje a Camboya.
 

Si se prefiere volver a Bangkok, por ejemplo, esa misma tarde hay que tener en cuenta que el vuelo de vuelta a Bangkok con AirAsia sale a las 17:00 de Phnom Pehn, conviene irse pronto para el aeropuerto, nunca se sabe lo que se puede encontrar uno por la carretera: obras que colapsan el tráfico de las estrechas calles de la ciudad, inundaciones de algunas calles o que el tuk-tuk que te lleva se quede parado en mitad de una calle por falta de gasolina. Esto es Camboya, más vale ser precavido.

Habrá tiempo de volver otra vez...
¡Seguro que quedan ganas!






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